Frutas, verduras, carnes, chicharrón, antojitos mexicanos y ahora hasta niños sentados dentro de un local que prestan atención a las clases a distancia, son cobijados por el Mercado de la Merced, que llegó a ser considerado el “mercado más grande de Latinoamérica” después de su inauguración el 23 de septiembre de 1957 por el entonces presidente Adolfo Ruíz Cortines.
Ahora el mercado de la “Meche” sobrevive entre otros centros más grandes, a sus 63 años, en medio de la crisis por la pandemia de COVID-19, así como los incendios y los sismos que lo han carcomido a través del tiempo.
La historia del Mercado de la Merced
La construcción que conocemos hoy día del mercado data de la inauguración de 1957 y posteriores arreglos que surgieron por daños o por simple obra pública; no obstante, los orígenes de éste se remontan a la época prehispánica, antes de la Colonia Española, cuando el barrio de la Mercerd era llamado Teopan y funcionaba como centro de comercio. Este siguió en funciones tras la conquista de 1521 y durante décadas siguió en uso hasta que que fue registrado como tal y para la posteridad por los conquistadores españoles en el siglo XVI al delimitar este espacio comercial en planos tras asentarse en la cercanía el Convento de Nuestra Señora de la Merced y la Casa del Diezmo.
Entonces, según información de la la tesis de Elizabeth Paz Zea, El barrio de La Merced: una memoria desde la experiencia de sus habitantes, a unos pasos del convento estaba el embarcadero de la Acequía Real (hoy calle Roldán), que cada semana recibía frutas y verduras recién cultivadas en las tierras de Xochimilco y Tláhuac, así como de zonas cercanas a estos puntos.
Esta práctica se mantuvo hasta finales del siglo XIX, cuando por una iniciativa de las Leyes de Reforma promulgadas por Benito Juárez fue tirada una parte del convento, para dejar solamente en pie el claustro del edificio.
Pese a la pérdida que significó para la Iglesia, los comerciantes del embarcadero aprovecharon el nuevo espacio libre y se asentaron ahí luego de la demolición. Esto permaneció así hasta el año de 1890, cuando Porfirio Díaz inauguró el ‘antiguo’ edificio de La Merced. Dicha construcción dio pie al segundo capítulo en la historia del mercado.
El antiguo inmueble del Mercado de la Merced tenía sólo dos naves de más de 800 metros cuadrados y decenas de comerciantes que ofertaban sus productos al interior. No obstante, con la modernización y centrificación de la ciudad luego del periodo revolucionario y de estabilización, para 1950 este espacio fue insuficiente y demolido para dar paso a un sitio mejorado.
La versión moderna del mercado
Entonces, el 23 de septiembre de 1957 se inauguró la última versión del Mercado de la Merced por el entonces presidente Adolfo Ruíz Cortines y el jefe del Departamento del Distrito Federal, Ernesto P. Uruchurtu. Ese mismo día quedaron abiertos al público los inmuebles que fueron llamados los “tres grandes mercados de la capital”:
- Mercado de Jamaica
- Mercado de Sonora
- Mercado de la Merced
Esta cincuentera versión del Mercado de la Merced también tenía dos naves (mayor, menor y un anexo) en una extensión de ciudad que fue lo suficientemente grande para dar un lugar en el cual ganarse la vida a más de 600 locatarios provenientes de distintos puntos del país, lo que, además de los productos que ahí se vendían, fue parte fundamental para considerar al Mercado de la Merced como el más grande de Latinoamérica.
Incendios y sismos que han pegado al Mercado de la Merced
Al igual que muchos sitios de la Ciudad de México, el Mercado comenzó a quedarse corto para recibir a los clientes del día a día y el golpe final se asentó cuando se inauguró la Central de Abasto de la CDMX, que lo desbancó como el más grande y más concurrido.
Además, al igual que la ciudad, el mercado recibió los golpes de los sismos del 19 de septiembre de 1985 y del 19 de septiembre de 2017, que llegó unos días antes de su sexta década de vida. Esto dejó al mercado sin celebración en medio de un país en ruinas por el temblor.
Pero antes de que este sismo del 2017 diera otro golpe al mercado y sus locatarios, años antes ya se había sufrido el incendio de gran parte de su infraestructura que dejó a comerciantes en la calle; después de una reapertura, azotó de nuevo la tragedia el 24 de diciembre de 2019, cuando un incendió carcomió de nuevo gran parte del mercado.
Aunque los trabajos para reparar los daños recientes y pasados que ha recibido el Mercado de la Merced siguen en pie, este mes de septiembre de 2020 sus comerciantes y líderes abogan por ayuda en medio de la crisis que ha dejado la pandemia de COVID-19 y que ha bajado sus ventas en un 70% hasta este momento.