Diego Estrada es un fotógrafo con causa, que capta la esencia de perros que sufrieron maltrato, abandono, violencia física y emocional, para que puedan a ser adoptados y tener una nueva vida.
Comenzó esta labor con los canes antes de la pandemia.
“Tenía a la mano perros mientras yo paseaba, tenía un proyecto de mi carrera de nutrición donde quería hacer videos y me di cuenta de que tenía que empezar a practicar la foto. Una amiga veterinaria vio una de mis fotos de sus perros que estaban en adopción y me contó que las fotos ayudaban un montón para la adopción“.
Diego Estrada, fotógrafo de perros rescatados
Apoyo a perros rescatados
Se involucró en los lomitos y sus historias, por más tristes que fueran para lograr el proyecto que los ayuda, como la de “Nocturno”, quien sufrió en las calles de Chalco, Estado de México.
Vive temeroso por su ceguera, pero en espera de un hogar.
Cada sesión fotográfica puede durar desde cinco hasta 60 minutos, la intención es un lograr un retrato sincero de los perritos.
“Hay veces que vas a una sesión y alguien quiere que el perro salga como lo que conocemos como sonriendo, con la lengua salida, como con una expresión más amigable, pero a veces los perros ni siquiera son así en la vida real, esa no es su cara“.
Diego Estrada, fotógrafo de perros rescatados
Calendario de “lomitos” con causa
Por tercer año consecutivo, Diego pondrá a la venta un calendario con imágenes e historias de los “lomitos”.
“Es un calendario con causa y se busca dar un toque de esperanza, son historias padres, no solo es un calendario con perros lindos, son calendarios que tienen historias de éxito de adopciones, perros que estuvieron muy mal”.
Diego Estrada, fotógrafo de perros rescatados
También apoya con las esterilizaciones de los canes.
“El 50% de las ganancias se destina a esterilizaciones, que es una parte importante de todas las medidas que se tienen que hacer para terminar con el tema de los perros en abandono, en maltrato“.
Diego Estrada, fotógrafo de perros rescatados
El objetivo es prevenir casos de maltrato animal en la Zona Metropolitana del Valle de México y en estados como Michoacán y Quintana Roo, donde la población callejera es amplia.
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