El sol en el cenit… Su luz pasa a través del lila de jacarandas y las ramas de los pirules de la Alameda Central, en la Ciudad de México (CDMX), a cuyos pies niños chapotean en una fuente.
“Está fría, pero si me gustó ir. (Ya había venido) como hace tres años, creo”; “Me metí a nadar y el agua estaba bien pero luego me dio frío”.
Testimonios de visitantes de la Alameda.
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La fuente de La Victoria se convirtió en oasis. Quienes se dieron un chapuzón confesaron que visitan la Alameda por el “calorcito y las vacaciones”.
“No venimos preparadas, nada más, así como que vamos a ver si hay agua, porque yo ya había venido así solita y sí, sí hubo agua”.
Samantha / Visitante Alameda CDMX.
Los chorros de agua de las fuentes danzaron al ritmo de una costumbre urbana en Semana Santa.
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“Venimos con mi hijo y dos nietos de mi esposo. A mí se me ocurrió, le dije a mi esposo ‘pues vamos a llevarlos’, como no trabajó tampoco, le digo ‘pues vamos a llevarlos aunque sea un rato ahí'”.
María Santamaría / Visitante Alameda CDMX.
Familias provenientes de alcaldías de la CDMX y de municipios conurbados convirtieron las fuentes en un auténtico balneario.
“Es para distraerse un ratito, divertirse”; “Ya habíamos venido varias veces, pero nunca habíamos estado aquí paseando, nada más venimos a comprar cualquier cosa”.
Testimonios de visitantes.
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Algunos se dieron hasta tiempo para el lunch.
“Para hacernos unos ‘sandwichitos’ de atún y ‘jamoncito’ y ahorita su hija fue a comprar (algo) para tomar”.
María Santamaría / Visitante Alameda CDMX.
Ante la imposibilidad de ir a un destino turístico o simplemente para combatir el calor, las fuentes de la Alameda acogieron a los chilangos con música de organillero.