Camiones transportan palmeras muertas, que serán depositadas en el Vivero Nezahualcóyotl ubicado en Xochimilco.
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El objetivo es frenar la propagación de plagas: hongos o bacterias en sus hojas que causaron su pérdida, explica la Secretaría del Medio Ambiente capitalina.
“Una enfermedad que estamos analizando con un comité científico formado por distintas instituciones de investigación del país. No es un tipo de vegetación que naturalmente se hubiera dado en este tipo de ecosistema, ese es una agravante para la salud de las palmeras, y el hecho de ser viejas las vulnera también”.
Marina Robles, secretaria del Medio Ambiente
Esta zona del vivero abarca tres hectáreas y el acceso es restringido.
A los residuos les aplican un fungicida biológico conocido como tricoderma y los trituran.
Los residuos ya triturados son enterrados en fosas que tienen una profundidad de cuatro metros. El objetivo es que hongos y bacterias no se dispersen.
“Se pone tierra, se vuelve a humedecer y así finalmente lo rellenamos con tres, cuatro, cinco capas dependiendo del tamaño de la fosa. El hongo ya estando sin luz y sin oxigenación prácticamente va a tender a desaparecer”.
Isidro Recillas, subdirector de Diseño y Evaluación de Proyectos, Sedema
Este programa de saneamiento masivo tiene previsto podar 11 mil 800 palmeras, rescatar seis mil enfermas y derribar 500 desahuciadas.
A la fecha, han podado 700 y derribado 143 en Benito Juárez, Coyoacán, Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo.
“La idea de este programa, que es el programa más grande que ha habido en la ciudad de control de este tipo de plagas, nos va a permitir disminuir la posibilidad de que se afecten otras palmeras”.
Marina Robles, secretaria del Medio Ambiente
Los ejemplares retirados serán sustituidos por especies que se adapten mejor al medio ambiente capitalino.