Foto: Alberto Elenes/Corresponsal
Migrantes y activistas caminaron junto al muro fronterizo de Baja California -entre México y Estados Unidos– con dos piñatas, una con la figura del presidente Donald Trump, y la otra, la de un agente de la Patrulla Fronteriza.
En Playas de Tijuana, Baja California, protestaron porque de nueva cuenta y a unos días de las elecciones, Donald Trump ha vuelto atacar en sus discursos a los migrantes, como bandera en busca de la reelección.
“Por qué todavía se burla de nosotros a nivel mundial, inclusive que esté diciendo que nosotros estamos haciendo el trabajo y que se va a enojar si no lo hacemos”.
Sergio Tamai, director Ángeles Sin Fronteras
Las figuras de Donald Trump y la del agente de la Patrulla Fronteriza fueron calcinadas en Baja California, como una reacción contra las políticas migratorias que también han cobrado la vida de migrantes, como la de Ángel David Villalobos, quien murió a manos de un oficial fronterizo, tras ingresar el 23 de octubre de manera ilegal.
“Esa política debe de cambiar, porque si esto nosotros lo permitimos, que esto pase aquí, en nuestras zonas fronterizas, con nuestra gente, que cruza y busca mejores oportunidades, ellos lo van a tomar y ¿después qué va a pasar? Van a aumentar esas acciones tan malas que tiene la Border Patrol hacia nuestra comunidad”.
José María García Lara, coordinador Alianza Migrante, durante la protesta en Baja California.
El martes 3 de noviembre es crucial, los estadounidenses decidirán quién los gobernará en los próximos 4 años, pero para los activistas el mantener en la Casa Blanca a Donald Trump podría ser riesgoso tanto para Estados Unidos, como más allá de sus fronteras.
“Los afrodescendientes están siendo atacados, la comunidad LGBTQ está siendo atacada, los migrantes están siendo atacados, los descendientes de migrantes están siendo atacados, los únicos que están siendo apoyados son los blancos privilegiados de dinero, que es el 5 % de Estados Unidos, el 95 % está siendo atacado”.
Hugo Castro, administrador de CHIRLA.
Durante la protesta en Baja California se guardó un minuto de silencio, seguido por aplausos, mientras que, del otro lado del muro, agentes de la Patrulla Fronteriza vigilaban hacia el territorio mexicano.
