René se ha vuelto muy popular por aparecer en un video en el que hace entrega, a través del muro, de un tamal para un agente de la Patrulla Fronteriza en las inmediaciones de la garita de Tecate, Baja California.
“Entonces se paró el migra y me habló: ‘¡Ey!, tamales’, y quería de chile con queso, tamales de rajas, y pues le vendí un tamal y lo pasé por el cerco”.
René Peralta Márquez, vendedor de tamales en Baja California.
Todos los días, a partir de las cuatro de la mañana, una hora antes de que inicie operaciones el cruce fronterizo de Tecate, Baja California, comienza la venta de los tamalitos recién hechos por “El Cali”, jefe de René.
“Los compradores son las personas de aquí de la ciudad, y el turismo y las personas que van a trabajar, en ciertas ocasiones les hemos vendido a personal de la migra, que ellos mismos se han acercado y han querido comprar nuestro producto”.
Damacio Flores “El Cali”, vendedor de tamales en Baja California.
Más allá de su objetivo original, el nuevo muro del presidente Donald Trump vino a beneficiar a los comerciantes mexicanos, tal como a Verónica, una comerciante que ha visto cómo sus alimentos son consumidos por quienes fueron contratados para separar a mexicanos y estadounidenses.
“Cuando empezaron a hacer el cerco sí le vendíamos a los que lo estaban poniendo. Lo que es la avena, el café, el champurrado y los burritos, tacos o tortas, lo que haya”.
Verónica Reyes, comerciante en Baja California.
“Se paran y compran sus tamalitos, allá también en la puerta, a los que están checando carros también salen. No nomás los que andan aquí, también los que están en caseta, también compran, son clientes”.
Francisco Carrillo, vendedor en Baja California.
Pero no sólo a través del cerco: muchos agentes al terminar su turno cruzan la frontera a Tecate para comprar comida a estos vendedores de Baja California.