“La historia de la Choya es una historia de amor”, dice la chef Ibeth Canseco mientras nos transporta, sin salir de casa, al corazón de París, en Francia, o al menos al corazón de lo que es un restaurante que rompe el estereotipo de entrada con el azul vivo de su fachada, que contrasta con el alrededor monocromático.
Sueño de una paceña en París
La idea, cuenta la chef, era conocer el país europeo cuando terminó sus estudios en Jalisco en 2010; luego de tres años se graduó de la Escuela de Gastronomía de Guadalajara; sin embargo, Francia la acogió y formó una familia, pero en su sangre siempre prevaleció ser “choyera” de corazón.
“La historia de ‘La Choya’ es más que nada una historia de amor, llego en 2010 y la idea era conocer el país, quedarme un tiempo y después regresar a México, pero cuatro meses después de haber llegado a Francia conozco al que ahora es mi marido, nos casamos al cabo de un año e inicia la aventura de una paceña expatriada en Francia. Uno tiene que aprender una nueva lengua y la mentalidad de otro país”.
Chef Ibeth Canseco
Ibeth nació a orillas del Mar de Cortés, en La Paz, capital de Baja California Sur. Pasó toda su infancia en esta ciudad, entre cactus gigantes y playas paradisíacas. A los 22 años, dejó su región natal para tomar sus primeras lecciones de gastronomía en la CDMX, y de ahí siguió preparándose.
Los deseos de preparación la obligaron a dejar su tierra natal, pero tras ya 10 años en París, Francia, la capital de la gastronomía mundial, no pierde la oportunidad de regresar a la belleza de Baja California Sur y, sobre todo, de disfrutar de la península paradisíaca formada por áridas montañas y 3 mil kilómetros de playas, bañadas todo el año por un sol abrasador. Rodeadas de cactus, desierto y el Mar de Cortés.
En una de esas ocasiones, inspirada por los comentarios que amigos franceses le hacían sobre la comida de su tierra, y motivada por el amor de su esposo, hizo realidad su sueño de abrir su propio restaurante para compartir y redescubrir su cocina mexicano-californiana.
Sazón de Baja California Sur que ha conquistado a los parisinos
Según la chef, emprender en Francia no ha sido cosa sencilla, sobre todo en París, donde exigen una serie de lineamientos y procesos: desde un plan de negocios hasta tener bien definido el concepto; sin embargo, con “amor” y buena sazón, “La Choya” se ha logrado meter en el corazón de los clientes, sobre todo jóvenes que después del trabajo se dan cita en el local ubicado en el número 26 de la calle Rue Duméril, en el distrito 13 de París, entre el Place d’Italie y el Hôpital de la Salpêtrière.
“Siempre existieron ganas de emprender, las ganas de triunfar a la mexicana, tener tu propio negocio, ser tu propio jefe y poner tus propias reglas. Pero en Francia eso es difícil, pues cuando tienes tu propio negocio, te das cuenta que es bastante caro y que tienes el peso de tu empresa sobre tus empleados. A diferencia de México, tener tu negocio en Francia es sentirte más presionado”.
Chef Ibeth Canseco
El lugar es ameno, ofrece una veintena de asientos, algunos de los cuales están en la terraza. Ibeth y su equipo 100% mexicano han sabido darle un toque nacional, se escuchan en el fondo melodías en español, entrar es como pisar un pedazo de nuestro país en la tierra de la torre Eiffel.
Una de las razones por las que “La Choya” ha cosechado el éxito es por sus recetas: cocina moderna inspirada en la cocina tradicional del norte de México. Burritos, quesadillas, guacamole y otros platillos llenos de sabor tricolor son revisados por ella.
“Hay personas que comen fuera todos los días, sobre todo en una ciudad tan grande como París, y la idea del restaurante “La Choya” sale por esta nostalgia que a uno le nace cuando se expatría: es regresar a sus raíces”.
Chef Ibeth Canseco
El atractivo de “La Choya” es ofrecerte una cocina ligera y deleitarte con recetas gourmet y saludables. La variedad de carnes es importante, hay incluso hasta chorizo y pastor; sin embargo, es carne magra, siempre respetando el concepto de comida equilibrada.
Los habitantes de la Paz, en Baja California Sur, suelen llamarse “choyeros”, en referencia a los innumerables cactus que los rodean, las plantas no se mueven, permanecen incólumes por años, aprovechan sus cualidades y sortean las inclemencias del desierto. El cactus es perseverante, refleja vida en un espacio árido y sale avante. Igual que el camino que la chef Ibeth Canseco ha labrado en Europa.
Ibeth ha formado una familia en París, pero no olvida sus raíces, mantiene el mote “choyera” con orgullo, y no sólo eso: con amor, esfuerzo y, sobre todo, buena sazón, se ha ganado un lugarcito especial en la exigente capital de la gastronomía mundial.