Durante la misa que el Papa Francisco ofició en el estadio "Venustiano Carranza" de la ciudad de Morelia, Michoacán, frente a sacerdotes, religiosas, religiosos, consagrados y seminaristas de todo el país, les pidió no caer en la tentación de la resignación y ser agentes de cambio.
En la homilia después de la lectura del Evangelio, Francisco instó a los religiosos a no ser "funcionarios de lo divino, ni empleados de la empresa de Dios" ni caer en la indiferencia del sufrimiento y la precariedad.
Aseguró que en esta realidad que "parece haberse convertido en un sistema inamovible" la resignación es la peor "arma del demonio" porque impide y frena la transformación.
En ese sentido, recordó a los religiosos del país el trabajo del primer obispo de Michoacán, Vasco de Quiroga, quien a través de su trabajo luchó por transformar la realidad injusta de los indígenas y llegó a convertirse en el "Tata" Vasco.
Finalmente les pidió no caer en la tentación del asedio y la pérdida de la memoria.
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