Por primera vez desde su llegada a México, el Papa Francisco se mostró visiblemente molesto tras saludar a algunas personas en una valla de seguridad en Morelia, pues algunos asistentes lo jalaron e inclusive ¡estuvieron a punto de derribarlo!
El sumo pontífice alzó el rostro y se dirigió a ellos diciéndoles: "¡eso no se hace, eso no se hace!", y dio un par de pasos hacia atrás mientras el sonido local pedía a la gente no aglomerarse.
Minutos antes, en un discurso ante miles de jóvenes, el jerarca de la Iglesia católica les pidió resistirse a la tentación del dinero fácil procedente del narcotráfico, y les solicitó que en lugar de ello valoren la auténtica riqueza de México.
Apreciar las cosas buenas del país, aseveró Francisco, es difícil "cuando nos vemos expuestos continuamente a la pérdida de amigos o de familiares en manos del narcotráfico", pero insistió en que no se debe perder la esperanza y apoyarse en Dios para lograrlo.