Alec Baldwin dijo que no apretó el gatillo del arma de la cual salió el disparo que hirió fatalmente a la directora de fotografía Halyna Hutchins de la película “Rust” el pasado 21 de octubre, de acuerdo con extractos de una entrevista.
“El gatillo no fue apretado. Yo no apreté el gatillo”, afirmó Baldwin en una entrevista exclusiva concedida al canal ABC News, y que saldrá mañana por la noche.
“Yo nunca apuntaría un arma a alguien y apretaría el gatillo, nunca”, subrayó.
Es la primera entrevista oficial de Baldwin después de la tragedia ocurrida en Nuevo México, en el set de “Rust”, el western de bajo presupuesto que protagonizaba y producía.
Halyna Hutchins, la directora de fotografía de la película, falleció el 21 de octubre tras ser herida de bala mientras ensayaban una escena.
Antes el asistente de producción entregó un arma a Baldwin diciendo que estaba “fría”, jerga cinematográfica para avisar que una pistola está descargada. El actor, de 62 años, practicaba la posición de su mano, de acuerdo con declaraciones colectadas y divulgadas por la policía, cuando se produjo el disparo.
En la entrevista con ABC, un abatido Baldwin sostuvo que no tenía idea de lo ocurrido: “Alguien puso una bala real en una pistola, una bala que ni siquiera debía estar en el recinto”, agregó.
Ganador de tres premios Emmy, el actor remarcó que la tragedia fue la peor cosa que ocurrió en su vida. “Pienso qué podría haber hecho”, dijo.
“(Hutchins) era amada por todos”, dijo Baldwin durante la entrevista. “Todavía me cuesta trabajo creer (que murió). No me parece real”.
Dos miembros del equipo de “Rust” presentaron demandas civiles por la tragedia contra Baldwin y otras personas involucradas en el rodaje, como Hannah Gutierrez-Reed, encargada de controlar las armas en el set.
Gutierrez-Reed, de 24 años, también señaló que no tenía idea de lo que ocurrió. De todas formas, reconoció que antes de la tragedia “no chequeó demasiado” el arma que llegó a manos de Baldwin, de acuerdo con una declaración jurada divulgada esta semana por la policía.
La policía incautó más de 500 balas en el set, algunas falsas y otras que se sospecha son reales.
La munición utilizada por la producción vino de varias fuentes, incluyendo Seth Kenney, quien es un proveedor de armas en el estado de Arizona.
Kenney declaró a los investigadores que podría haber entregado a la producción “munición recargada”, un término que se refiere a balas que fueron ensambladas con varios componentes, y no que fueron manufacturadas como balas reales.