Rafael Amaya, quien hace meses se confirmó que se encontraba en la clínica de rehabilitación del exboxeador Julio César Chávez, fue sorprendido deambulando en la madrugada por las calles de Tijuana, en Baja California.
El actor, que anunció su regreso a los escenarios de la mano de Roberto Tapia, su compadre y amigo que lo ayudó a superar sus adicciones, fue visto con aparente delirio de persecución, pues aseguraba que lo querían secuestrar.
De acuerdo con la revista TvNotas, el actor habría salido de la casa en la que vive con sus familiares cerca de la una de la mañana y comenzado a correr en un estado alterado por las calles de Boulevard Agua Caliente y Avenida Tapachula.
Ante la presencia de Rafael Amaya, que se sinceró y compartió cómo fue su paso por las drogas, un automovilista decidió auxiliarlo para evitar que el actor resultara con algún daño, según reveló una fuente a la revista.
“Por fortuna no había tanto tránsito y corrió con suerte de no ser atropellado, y en una de esas perder la vida. Por gracia divina, un conductor, sin saber de quién se trataba, se detuvo y lo metió en su coche para evitar que lo fueran a atropellar y se lo llevó a una gasolinera frente al Hotel Marriot, para que se tranquilizara”.
Una vez a salvo, el actor refería que quería ir ante las autoridades y argumentaba que lo perseguía un grupo de personas.
“Rafa insistía que quería ir al Ministerio Público, que no podía decir lo que estaba pasando por estar en un lugar público, porque él era una persona famosa y no podía decir quién lo perseguía, sólo dijo que era un grupo de personas en varios autos”.
Hasta el momento, Rafael Amaya no se ha pronunciado de manera pública tras el incidente.