Irma Serrano, la “Tigresa”, quien murió el 1 de marzo a los 89 años, tuvo varios lujos a lo largo de su vida, algunos provenientes de sus galanes, y entre los bienes de la actriz destaca el famoso Teatro Fru Fru que, al igual que la dueña, tiene varios mitos y leyendas. Unotv.com te da los detalles.
¿Cuál es la historia del teatro Fru Fru, de Irma Serrano, la “Tigresa”?
El excéntrico teatro Fru Fru tiene una larga historia desde que fue inaugurado bajo el nombre Teatro Renacimiento, que forma parte de la historia en México. Fue abierto en 1899, en lo que hoy conocemos como Ciudad de México.
Pero a los pocos años, Francisco Cardona, un hombre rico, lo compró, en 1907, y decidió cambiarle el nombre, rebautizándolo como Teatro Virginia Fábregas, en honor a su esposa. Sin embargo, el recinto no duró mucho tiempo abierto, como se había planteado, y para 1930 cerró sus puertas.
Fue hasta 1973 cuando Irma Serrano, la “Tigresa”, compró el teatro y le modificó el nombre hasta como lo conocemos hoy en día: Teatro Fru Fru. La reapertura, bajo las manos de la actriz, quien develó detalles de su relación con el expresidente Gustavo Díaz Ordaz, estaría marcada por la polémica.
En la década de los 70, con Irma Serrano al frente, el Teatro Fru Fru albergó polémicas puestas en escena, algunas protagonizadas por ella misma, en donde se tocaban temas que, para aquellos años, no tenían cabida en otros espacios de expresión artística.
¿Dónde se encuentra el teatro Fru Fru?
El Teatro Fru Fru, de Irma Serrano, la “Tigresa”, se encuentra ubicado en el corazón de la Ciudad de México. El reciento fue edificado en lo que ahora conocemos como calle Donceles, en el número 24, alcaldía Cuauhtémoc.
¿Hay fantasmas? Leyendas sobre el teatro de Irma Serrano, la “Tigresa”
Además de las polémicas obras que se presentaban en el teatro de Irma Serrano, la “Tigresa”, el recinto cultural también es, según leyendas, el hogar de fantasmas y aparecidos. Relatos urbanos afirman que el Fru Fru tiene una maldición.
Una de las leyendas que giran en torno al teatro Fru Fru afirma que, para que una obra no fracase y su elenco no padezca en el lugar, cada actor debe dejar, como ofrenda, un dulce en la charola de una estatua en forma de un ser extraño, una combinación entre el diablo y un fauno.
Otra de las leyendas que se cuentan es la de la aparición de dos fantasmas. Uno de ellos, incluso, intercambia algunas palabras con personal del teatro o de las puestas en escena; mientras que la segunda aparición es la de un hombre vestido con ropas elegantes de la época del porfiriato y, se dice, contempla las imágenes colgadas de Irma Serrano, la “Tigresa”, quien se casó con José Julián en un ritual años atrás.
Te recomendamos:
