Franco Escamilla, famoso comediante, sorprendió a sus seguidores al revelar que, hace años, fue diagnosticado con anosmia, un trastorno del olfato que le impide al comediante detectar olores. La declaración fue hecha en una entrevista que concedió el regiomontano a Yordi Rosado.
“He ido con, hasta ahorita, siete otorrinolaringólogos… No he percibido olores desde hace años”.
Franco Escamilla.
Pero ¿qué es anosmia, trastorno que padece Franco Escamilla?
La anosmia es un trastorno que se presenta el sentido del olfato. De acuerdo con el Instituto Nacional de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación en Estados Unidos, es una incapacidad para detectar olores.
Según el Instituto, los casos de anosmia son desarrollados durante la vida, pues destacó que es raro que un bebé nazca con la pérdida de olfato.
“La anosmia es la total incapacidad para detectar olores. En raras ocasiones, se puede nacer sin el sentido del olfato, lo que se llama anosmia congénita”.
El peligro de la anosmia
La anosmia es uno de los trastornos del olfato más conocidos, según refiere la gaceta de la Facultad de Medicina, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde se consigna que padecerla podría poner en riesgo a las personas que tienen el trastorno, por el siguiente motivo:
“Sin embargo, es mucho más complejo, puesto que al participar como mecanismo de supervivencia, cuando se afecta, pone en peligro a la persona por la dificultad para detectar situaciones de riesgo, como una fuga de gas”,
Bruno Estañol Vidal, jefe del Laboratorio de Neurofisiología Clínica del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”
De acuerdo con el artículo “Psicobiología del gusto y el olfato”, las afectaciones pueden ser pasajeras o permanente e impedir que las personas sean capaces de discriminar hasta más de un millón de olores, cantidad que se estima es capaz de percibir el ser humano.
“Las principales causas que generan alteraciones en este sentido pueden ser pasajeras, como el resfriado común, o permanentes, al provocar lesiones en el epitelio olfatorio, como infecciones graves del tracto respiratorio superior, exposición a toxinas, enfermedades neurodegenerativas o congénitas y traumatismo”.
Explica el texto de la UNAM