La leyenda de la “Planchada” es una de las tantas historias que existen en nuestro país; el relato popular dice que esta mujer deambula por el Hospital Juárez, ubicado en la Ciudad de México (CDMX), y ayuda a los que ahí se encuentran a recuperarse de alguna enfermedad.
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Sin embargo, hay otras versiones sobre esta famosa leyenda: mientras algunos dicen que tiene el poder de “curar” a los internados, otros aseguran que esta mujer, apodada la “Planchada“, no es tan bondadosa, sino todo lo contrario, pues asfixia, hasta matarlos, a los pacientes del Hospital Juárez.
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La leyenda de “La Planchada”
Según se cuenta, algunos pacientes que necesitaban ayuda por las noches en el nosocomio, vieron a una enfermera, quien los atendió. Los relatos aseguran que la mujer iba completamente vestida de blanco, con un atuendo casi perfecto, lo que dio pie al sobrenombre de la “Planchada”.
Los enfermos, agradecidos por las atenciones, preguntan al día siguiente por esta amable mujer, pero la sorpresa se la llevan cuando en el hospital les dicen que no hay nadie con dichas características.
Asimismo, se dice que la enfermera cuenta, a quien esté dispuesto a escucharla, una triste historia de amor.
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La leyenda de “La Planchada”: ¿una historia de desamor?
La “Planchada”, según esta leyenda, llevaba por nombre Eulalia, una mujer que habitó en la capital del país durante el siglo XX y que para ganarse la vida trabajaba como enfermera en el Hospital San Pablo, hoy en día conocido como el Hospital Juárez.
Eulalia se enamoró ahí de un médico llamado Joaquín, quien le propuso matrimonio; sin embargo, la “Planchada” descubrió tiempo después que su amado estaba comprometido con otra mujer, por lo que entró en una gran depresión.
Aunque la enfermera amaba su trabajo, a partir de ese día dejó de atender a los pacientes y ella misma fue internada en el Hospital Juárez, donde murió de forma repentina, sin que se supieran la causas.
Desde entonces, aseguran varias personas, Eulalia cuida a los pacientes, pues siente culpa por aquellos a los que dejó de cuidar en vida, al abandonar su trabajo.