Las Academias de cine del mundo se ponen de acuerdo y eligen películas para participar tanto en los Premios Oscar como en los Goya. México, este año, decidió que “Bardo” y “Noche de fuego” fueran los filmes que buscarán las estatuillas.
Para el Oscar fue seleccionada la película polémica de Alejandro González Iñárritu, que ha despertado muchas pasiones. O se le ama o se le odia. Bado tiene la visión muy interesante acerca de un artista que tiene toda una epifanía acerca de sí mismo, con su presente, con el pasado de su país, con el pasado propio.
Bado seguramente se va a colar en algunas de las otras categorías. A lo mejor como Mejor Actor para Daniel Giménez Cacho.
José Antonio Valdez Peña, crítico de cine
Para el Premio Goya, que es el premio que entrega la Academia Española de Cine, se eligió a “Noche de fuego” de Tatiana Huezo.
Es la historia sobre tres niñas que viven en medio de la violencia social de la Sierra de Guerrero, es una película que navega muy padre entre el documental y la ficción.
Menú cinematográfico para el fin de semana
José Antonio Valdez en esta ocasión tiene cuatro películas mexicanas en cartelera que también merecerían, desde luego próximamente tener una oportunidad para competir por algún premio de Academia.
Sanctorum de Joshua Gil
Un niño le pide a la naturaleza que su madre regrese de la muerte. Todo esto tiene que ver con la violencia social en México, una ópera prima llena de imágenes muy sorprendentes.
Mal de ojo de Isaac Ezban
Ofelia Medina interpreta a una abuela.. bruja de unas niñas. Una película de terror estupendamente bien realizada y donde la primera actriz Ofelia Medina da un miedo atroz.
Observar las aves de Andrea Martínez Crowther.
¿Qué pasaría si de repente uno empieza a padecer Alzheimer y contratas los servicios de una cineasta para que retrate, cómo te vas despidiendo del mundo? De eso se trata esta película que está gustándole mucho a la gente.
El otro Tom de Rodrigo Plá y Laura Santullo
La película nos lleva a hablar de la paternidad, la maternidad y la enfermedad mental. Cuando tú defiendes a tu hijo por encima de todo, inclusive por encima de la propia medicina.