La cinta “El Niño y la Garza” se ha visto envuelta en un escándalo debido a que una ilustradora colombiana llamada Geraldine Fernández logró engañar a medios de comunicación y fanáticos al asegurar que participó en la elaboración de la cinta junto al aclamado director Hayao Miyazaki, pero su estafa fue revelada.
“El Niño y la Garza” se llevó el Globo de Oro a mejor película animada y Geraldine Fernández afirmó ser parte del equipo de ilustradores de la cinta, incluso aseguró haber trabajado directamente con Hayao Miyazaki.
Fernández dio entrevistas donde declaró haber dibujado 25 mil fotogramas, equivalentes a unos 30 minutos de la película, de manera remota desde Colombia; además expresó su asombro por haber trabajado en la película del retiro de Miyazaki, calificándolo como un sueño hecho realidad.
Geraldine Fernández aseguró que buscó personal de Studio Ghibli para sumarse al proyecto después de que la ilustradora estudiara un posgrado en la Universidad de Tokio.
“El niño y la farsa”, así se descubrió el engaño de Geraldine Fernández
Las historia de Geraldine Fernández fue publicada por medios de Colombia y otras latitudes de América Latina, sin embargo, estas afirmaciones desataron controversia entre la comunidad de ilustradores, algunos de los cuales señalaron inconsistencias en su testimonio.
Varios artistas internacionales etiquetaron la historia como un fraude, ya que el nombre de Fernández no aparecía en los créditos de la película ni en plataformas especializadas como IMDB o Anime Staff Database.
La ilustradora mexicana Julieta Colás fue una de las más críticas, solicitando a Fernández rectificar sus afirmaciones para no perjudicar a los ilustradores latinos que aspiran a participar en proyectos de renombre.
“Además, sí, vergüenza para GERALDINE “la colombiana que animó para Ghibli” FERNANDEZ, pero más vergüenza para todos los medios que informaron publicaron esas MENTIRAS sin verificar los hechos”, aseguró Julieta Colás en uno de sus comentarios en redes sociales.
Colás señaló la falta de pruebas concretas de la participación de Fernández en la producción.
La polémica se intensificó cuando otros ilustradores destacaron plagios en el portafolio de Geraldine Fernández, acusándola de ser deshonesta y de dañar la reputación de la profesión.
Incluso se aseguró que en la Universidad de Tokio tampoco hay registro de que ella hubiera estudiado ahí.
Tras desenmascarar el engaño Geraldine Fernández optó por guardar silencio y decidió borrar todas sus redes sociales.
