La música tiene que seguir girando tras el duro golpe que para este arte significó la pandemia del COVID-19, y en ese sentido la sorpresa de este 2022 es la colaboración que el cuasi mítico rapero Snoop Dogg realizará junto a la banda de K-pop, BTS.
Si bien, Snoop ya había sorprendido a propios extraños con su participación en “Que maldición”, canción de la banda MS, en tiempos en los que la pandemia pareciera ir eclosionando poco a poco, su nueva aportación vocal al lado del grupo más famoso de K-pop, viene a reforzar la idea que el rap e hip-hop, bien acomodados, caben donde sea.
Te recomendamos: “Es oficial”: BTS y Snoop Dogg fusionarán estilos en una colaboración única
¿Qué es el K-Pop?
El K-pop, junto con el reguetón, son los dos géneros musicales que desde hace algunos años dominan la industria musical, con ganancias millonarias para artistas, productoras y demás gente que los rodea, crea y recrea constantemente.
En el caso del K-Pop, el género se puede definir como una gran mezcla en la que lo mismo cabe un poco de dance, hip hop, reggae y hasta ritmos o sonidos africanos, árabes o propios del country.
El inicio de una industria que se convertiría en un remedio contra la crisis
El K-pop tiene su origen en Corea del Sur, que en 1997 vivió una de sus peores crisis, la cual obligó a las autoridades a abrir su economía a Occidente, con las consecuentes grietas que dejaron pasar un poco de cultura anglosajona al, hasta entonces, cerrado país, música incluida.
Se dice que el padre de este género musical, del cual BTS es el máximo exponente, fue Lee Soo-Man, quien fundó la disquera SM y acuñó el término de tecnología cultural en el preámbulo del Siglo XXI para definir la construcción de figuras y estrellas de la música y farándula de manera homogénea, como si de un celular se tratara.
También puedes leer: De Everlong a Best of You: Las canciones más famosas de Foo Fighters
En qué radica el éxito del K-Pop
Un artículo de la revista ICON del diario español El País, detalla cómo el éxito del K-Pop radica en la exposición de seres humanos manufacturados como bienes de consumo a un público ávido de imaginarse a sus estrellas musicales como “seres de otro planeta”, pero con “uno que otro error, como todos nosotros”.
La fabricación de las estrellas como BTS o Blackpink conlleva un complejo sistema de selección, conjunción y clases de entre 12 a 15 horas diarias en donde además de canto, los “elegidos” deben aprender a bailar, idiomas, buenos modales y hasta a tratar con la prensa.
- El dato: El proceso de selección de las futuras estrellas se da, además de los tradicionales castings y visualizaciones, por medio de un software que simula cómo será la voz y apariencia de los aspirantes en un futuro no muy lejano.
Otro de los éxitos del K-pop entre sus millones de seguidores radica en el baile y en las coreografías, cuasi mecánicas, que denotan la linealidad sensual que en Occidente causa revuelo y para las cuales los ensayos resultan maratónicos y, en ocasiones, hasta abusivos.
En diciembre de 2019, un artículo de Insider revelaba el lado oscuro de esta industria en la que, según el testimonio de una joven llamada Way, exintegrante de la banda Crayon Pop, los entrenamientos de baile se realizaban con sacos de arena de 4 kilos amarrados a los tobillos para “aligerar la danza cuando se los quitaran”.
Las letras son otro factor importante y, aunque son el último eslabón debido a las fronteras lingüísticas, su narrativa, nada compleja, encanta a quien gusta de corear y tararear frases pegajosas y repetitivas.
BTS, por ejemplo, en su canción “Dope” entona: “Trabajamos toda la noche, todos los días, mientras tu juegas en el club. Somos diferentes a los demás chicos”.
En general, quien escucha K-pop define las letras de su género musical favorito como “alegres, optimistas y súper pegajosas”.
Como en toda “boy band” o “girl group” la fama comercial dura de siete a diez años, pues una vez que los integrantes crecen y empiezan a perder ese halo de “ternura e inocencia” que los caracterizan, el sueño de los fans se empieza a esfumar aunque sus ojos y oídos se enfocan y ecualizan en quienes vienen detrás, de ahí el éxito de esta rueda de la fortuna musical.
También puedes leer: ¿Quién inventó el reguetón, género musical del que Daddy Yankee es el máximo exponente?
Las mejores bandas de K-Pop
- BTS (2013)
- Blackpink (2016)
- EXO (2012)
- Seventeen (2015)
- Twice (2015)
- Monsta X (2015)
- Stray Kids (2017)
Así superó el K-pop al COVID-19
La UNESCO considera al K-pop como el gran remedio a la crisis global que significó la pandemia del COVID-19 y es que, por ejemplo, “Dynamite”, la primera canción en inglés de BTS, aportó a la economía de Corea del Sur, tras su lanzamiento, 1, 400 millones de dólares.
En comparación con otros géneros y debido a que los seguidores son adolescentes que no superan los 25 años, el K-pop es ampliamente popular en YouTube y cualquier plataforma social en donde se hable de él o donde se suba una canción.
- El Ejemplo: “Dynamite” logró lo impensable en tiempos digitales: 101.1 millones de vistas en las primeras 24 horas tras su lanzamiento en YouTube.
Un concierto digital en plena pandemia, llamado KCON:TACT 2020 logró sumar 4 millones de visitantes digitales. El evento duró una semana y se realizó en junio.
Según la UNESCO, en un artículo su página oficial, los videos de K-pop tuvieron efectos benéficos en el estado psicológico de los jóvenes debido a que los ayudaron a superar la fatiga pandémica, término que describe la ansiedad causada por la crisis sanitaria.
- El dato: El canal de YouTube dedicado a este tipo de música llamado Dingo Music cuenta con 2.7 millones de suscriptores.
El sitio Statista detalla que, en general, un joven que escucha K-pop presta sus oídos a este género musical 137 minutos al día, lo que significa grandes ganancias para los servicios de streaming que la transmiten y una franca recuperación de la industria musical, en términos económicos, gracias a esta invención rítmica surcoreana.
