A un año de haber confirmado que ella y su hija habían dado positivo al COVID-19, Camila Sodi fue captada en un hospital de la Ciudad de México realizándose de nuevo una prueba para detectar un posible contagio del nuevo coronavirus.
La actriz fue parte de los primeros famosos que en México se contagiaron de la enfermedad respiratoria. En marzo del 2020 compartió que supo que se había contagiado al comenzar a tener síntomas después de que su hija se sintiera mal, presentara mucha fiebre y resultara positiva. Su hijo también dio positivo al COVID-19 y para evitar que su salud se agravara optaron por someterse a un aislamiento voluntario, medida que les permitió recuperarse a los pocos días.
Camila Sodi se hace de nuevo la prueba del COVID-19
Camila Sodi acudió al Hospital Español para realizarse una nueva prueba PCR para detectar el nuevo coronavirus y descartar una reinfección. De acuerdo con la revista TV Notas, la protagonista de “Rubí” gritó una vez más por el dolor.
La publicación señala que Camila asistió hace días al hospital para hacerse la prueba tomando todas las precauciones necesarias como traer cubrebocas. Llevaba unos lentes de sol y una gorra para no llamar la atención a su paso.
Aunque intentó concentrarse en el estudio, comenzó a ponerse nerviosa cuando la doctora sacó el hisopo y se lo mostró. Al parecer atravesó de nuevo una molestia porque no pudo evitar soltar un grito cuando le tomaban la muestra.
Camila Sodi podría compartir la experiencia con su nueva prueba de COVID-19 porque estaba grabando el procedimiento en todo momento. Media hora más tarde, salió del lugar y abordó el auto en el que ya la esperaba su chofer.
¡Yaaaa!, el grito de Camila Sodi en su primera prueba de COVID-19
En septiembre Camila Sodi compartió lo mal que la pasó cuando se hizo por primera vez la prueba para detectar el nuevo coronavirus COVID-19. En redes sociales publicó un video del momento en que no pudo evitar dar gritos de dolor.
“Yaaaa, está en mi cerebro!”, exclamó a gritos la estrella de “Luis Miguel, la serie” cuando una enfermera introdujo un hisopo en sus fosas nasales.