Un provocador video de los cantantes C. Tangana y Nathy Peluso grabado en la catedral de Toledo ha generado gran polémica que llevó a que el arzobispo se disculpara, la renuncia de un sacerdote y a la convocatoria de una misa de “purificación”.
El video de la canción “Ateo” de C. Tangana y Nathy Peluso tiene un baile muy sensual a ritmo de bachata entre los cantantes y fue grabado en la Catedral de Toledo por lo que generó un escándalo en España, que llevó al arzobispo a disculparse, a un deán a renunciar y la convocatoria de una misa de “purificación”.
En el videoclip lanzado el viernes pasado, C. Tangana, uno de los fenómenos musicales del momento, y la argentina Peluso se entrelazan de forma provocadora dentro de la catedral, mientras algunos religiosos los observan entre atónitos y lujuriosos desde detrás de los pilares.
“Yo era ateo, pero ahora creo, porque un milagro como tú ha tenido que bajar del cielo”, entonan los dos artistas a dúo en el coro de la canción “Ateo”.
“Que hablen”, dice Nathy Peluso en otra parte del video, en el que la rapera sale desnuda, aunque con sus senos y vientre son censurados, y sosteniendo la cabeza decapitada de C. Tangana, mientras está rodeada de personas que la graban con sus teléfonos móviles.
Aplaudido por algunos, criticado por otros por el hecho de haber permitido que se rodara dentro de la Catedral Primada de Toledo un video de esta naturaleza, el clip generó gran debate en las redes sociales.
“Me gustaría saber a qué precio ha vendido el cabildo de la catedral de Toledo la sacralidad del templo a C. Tangana. Me gustaría saber si el Sr. Arzobispo está de acuerdo con que se profane su sede episcopal”, fueron algunos de los comentarios que se hicieron en las redes sociales.
En un comunicado, el arzobispo de Toledo pidió “humilde y sinceramente perdón a todos los fieles (…) que se han sentido justamente heridos por este uso indebido de un lugar sagrado”.
El arzobispo “desconocía absolutamente la existencia de este proyecto, el contenido del mismo y el resultado final”, según el texto.
La polémica continuó creciendo y llevó a que renunciara el sacerdote de la catedral que autorizó el rodaje, quien hizo un ‘mea culpa’ en un nuevo comunicado este martes.