Avispas atacan a producción de “La lágrima del diablo” durante rodaje, dónde ver esta cinta de Mórbido
El rodaje de La Lágrima del Diablo, película de terror peruana dirigida y escrita por Gonzalo Otero, fue una experiencia “desafiante y sobrenatural” para el equipo y elenco, quienes al sumergirse en la selva , enfrentaron no solo condiciones climáticas extremas, sino también “experiencias inexplicables” como el ataque de un nido de avispas.
“Fue un momento surrealista,” contó Gonzalo: “Estábamos rodeados de naturaleza impresionante, y de repente nos vimos envueltos por un enjambre de avispas que surgió de la nada. Mantener la calma en esa situación fue difícil, todos trataban de ponerse a salvo.”
Previo a su estreno hoy en Cinepolis Diana, como parte e la programación de Morbido Film Fest 2024, Gonzalo recordó, que tras filmar una de las escenas, en las que los actores debían “gritar”, un “enorme” enjambre de avispas los atacó a todos.
El ataque de las avispas dejó algunas picaduras en el equipo, pero, más allá del susto, también reforzó el sentido de camaradería entre los miembros de la producción.
“Después de esa experiencia, cada uno de nosotros entendió que estábamos en esto juntos, enfrentando lo inesperado como una familia,” comentó el a UnoTV.com,.
Así nació la película de “La lágrima del diablo”
Tras intentar “levantar” varios proyectos de índole personal, Gonzalo decidió apostar por un proyecto de terror: “Decidí que si quería hacer un largometraje y llevarlo al cine, necesitaba cambiar mi enfoque. El terror siempre me ha apasionado y vi en él una puerta hacia algo grande”.
A partir de ahí, comenzó a investigar leyendas peruanas, como la del Supay, una deidad del inframundo en la sierra peruana, y el Tunche, figura de la selva amazónica, ambas fuentes de inspiración para el monstruo en la película.
- En quichua, Supay significa diablo o demonio. Es el señor de las sombras, de los maleficios, de las pestes, de las inundaciones y sequías, de todo lo que con algún sentido misterioso, malsano o terrorífico, hiere la imaginación de la gente del campo.
Las locaciones, un reto para la producción
Las grabaciones se realizaron en zonas aisladas, lo que representó un desafío logístico y físico para todo el equipo. “Buscamos locaciones durante años, ya que tenían que funcionar en un plano de 360 grados, sin elementos modernos visibles, dijo el director.
Una vez elegidas las locaciones, inició un reto más para el equipo: “Estábamos en sitios con lodo, espinas y rodeados de la naturaleza más agreste. Hubo muchas caminatas largas, y nuestros actores y equipo no dudaron en embarrarse y pasar horas bajo la lluvia para lograr las escenas que necesitábamos. Algunos desertaron durante el rodaje”, explicó Otero.
¿De qué trata “La lágrima del diablo”?
Sarah, una joven estadounidense, convence a sus tres amigos (Isaac, Jackie y Horacio) para que la ayuden a completar su documental ecológico en el oscuro y profundo mundo de la minería ilegal en una enigmática selva peruana.
Al llegar, los lugareños advierten al grupo que no se acerquen al bosque ni al pueblo minero, citando la presencia del “Supay”, un ser ancestral de la mitología andina capaz de adoptar diversas formas que ha reclamado la zona y ha erradicado a los mineros por desangrar la tierra.
En un principio, el grupo desestima estas advertencias como una táctica para ocultar actividades ilegales y se aventuran en el territorio prohibido, solo para darse cuenta de que los escalofriantes mitos encierran verdades genuinas y aterradoras.
Para Otero, La Lágrima del Diablo no solo es un homenaje al folclore peruano, sino también un esfuerzo por refrescar el género de terror al presentar una criatura nueva y arraigada en las leyendas de su país.
“Me motiva que esta historia llegue al público global. En el terror, a menudo vemos los mismos monstruos reciclados, y creo que esta es una oportunidad para presentar algo auténtico y fascinante”, concluyó el director.