Un fuerte ruido, seguido de columnas de humo y caos en una zona de Mérida, Yucatán, popularmente conocida como “La Socorrito”, conmocionó a México y el mundo hace 65 años. En el lugar fallecería el ídolo, Pedro Infante.
Luis Canto, actual dueño de la casa donde cayó el avión que transportaba al actor, recuerda cómo su abuela presenció el siniestro que enlutaría a toda una nación.
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“Una mañana, siendo como las siete de la mañana, mi abuelita sacaba agua del pozo; en ese entonces, no había agua potable. Mi abuelita vio cómo caía el avión, obviamente no sabía quién era quien venía en él. Cayó en una forma vertical, no rapante”.
Luis Canto.
Junto con Pedro Infante perdieron la vida otras tres personas: el piloto Víctor Manuel Vidal Lorca, el mecánico Mariano Bautista y Ruth Rossel, quien tendía ropa en el patio de la casa donde cayó el avión.
En la calle 87 por 54, en Mérida, desde hace más de 60 años, decenas de personas se dan cita para recordar al ídolo de Guamúchil, quienes lo recuerdan y aún cantan sus canciones.
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“Recordamos ‘Mil amores’ y un montón más, porque todas sus canciones son muy bonitas: ‘Qué te ha dado esa mujer’, ‘Me cansé de rogarle’, un montón de canciones muy buenas”.
Víctor Varela, fan de Pedro Infante
“La verdad es padre que todavía sigamos recordándolo (a Pedro Infante); es una leyenda, un señor. Nos dejó y todavía seguimos creciendo con él, todavía las generaciones de ahorita lo siguen recordando”.
Viviana Landón, fan de Pedro Infante
La casa donde vivió en la capital yucateca es, hoy en día, el hotel Boulevard Infante y pertenece a empresarios que la convirtieron en ese negocio en 1959.
El hotel se encuentra ubicado en una de las principales avenidas de esta tranquila y pacífica ciudad que enamoró a quien encarnara a ‘Tizoc’, la Avenida Itzáes número 587.
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Su hijo, Armando “El Torito” Infante, agradece las muestras de cariño hacia su padre.
“Todavía siguen tocando su música. Contentos, felices, así con él”.
Armando “El Torito” Infante
Con un homenaje, canciones, una carrera en su nombre y ofrendas florales, así se le recordó al gran Pedro Infante en Mérida, en donde hoy más que nunca se recuerda aquella frase: “Y si vivo cien años, cien años pienso en ti”.
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