El Pachuca y el Cruz Azul jugaron el miércoles pasado la semifinal de ida en el Estadio Hidalgo con público presente, sin embargo, hubo sobrecupo y se rebasó el aforo del 40% que estaba permitido.
Ante esta situación, el club anunció que en caso de llegar a la final del Guardianes 2021, el partido se jugará a puerta cerrada.
A través de un comunicado, el club aceptó que ingresaron más de 12 mil personas al estadio, como se reportó en la cédula arbitral, por lo que se impuso una especie de “autocastigo”.
Esto se suma a la multa que impuso el gobierno estatal a los Tuzos por más de 500 mil pesos por violar los protocolos sanitarios.
Postura del Pachuca
Por medio de un desplegado en su cuenta de Twitter, el Pachuca informó que la decisión de no abrir las puertas al público en caso de llegar a la final del torneo representó una “decisión muy dolorosa que hemos tomado con toda la humildad y la autocrítica”.
También señalaron que en caso de no llegar a la instancia final de la Liga MX extenderán el veto a los próximos partidos que jueguen como locales.
Y finalizan señalando que “los valores de nuestro Grupo nos obligan a ser coherentes con nosotros mismos. Queremos que sigan estando orgullosos de ser aficionados de un equipo como el suyo”.
Respuesta de López-Gatell
Por su parte, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, condenó la violación al protocolo, pues no sólo pone en riesgo a la población respecto a una nueva activación epidemiológica en Hidalgo, sino en la Ciudad de México, Estado de México e incluso en Querétaro, pues aficionados viajaron desde estas entidades al estadio del Pachuca para presenciar el partido, que finalizó con un empate sin goles.