Un que grababa la carrera con su celular provocó una caída montonera en la decimoquinta etapa del Tour de Francia, donde al menos cinco corredores cayeron luego de que del equipo Jumbo Visma perdieron el equilibrio, mientras un incidente del sábado reavivó el debate sobre los efectos de la presencia de motos en las carreras.
Y es de acuerdo con el ciclista estadounidense Sepp Kuss, de Jumbo Visma, en el estrechamiento a la entrada a la ciudad de Saint-Gervais Mont-Blanc, en el cantón francés de Saint-Gervais-les-Bains, un aficionado que grababa la carrera con su teléfono celular golpeó con su brazo el manillar de la bicicleta, haciéndolo perder el equilibro para después caer.
Situación que “contagió” a su compañero de equipo, Dylan Van Baarle, quien también perdió el equilibrio provocando la caída de su tercer compañero, Nathan Van Hooydonck, Así como de Biniam Girmay, de Intermarché-Circus-Wanty, y de Egan Bernal, de Ineos Grenadiers, aunque posteriormente los cinco pudieron retomar la carrera sin daños graves.
Mientras que este domingo también el neerlandés Wout Poels, de BahrainVictorius, ofreció este domingo a su país la primera victoria en el Tour de Francia de 2023, en la que el danés Jonas Vingegaard (Jumbo) mantuvo el maillot amarillo, tras entrar en decimoséptima posición en la etapa de cinco puertos (tres de ellos de primera categoría), a 6 minutos y 6 segundos de Poels, justó detrás de su rival por la victoria final, el esloveno Tadej Pocagar (UAE), que fue 16º y que le sigue escoltando en la general, a 10 segundos.
El vencedor neerlandés de la jornada consiguió a sus 35 años la primera victoria de su carrera en una etapa del Tour de Francia y la segunda para su equipo en la presente edición, después de la lograda por el español Pello Bilbao, el martes en la décima etapa.
Si no son los espectadores, son las motos
Sin embargo, el sábado la carrera ciclista más importante del mundo registró otro incidente, donde la presencia de motos causó el bloqueo de Tadej Pogacar, reavivando el debate sobre cómo pueden frenar o aspirar a los participantes.
“Desde siempre, las motos tienen influencia en las carreras y hoy han robado segundos”, afirmó el australiano Adam Hansen, presidente del sindicato de corredores, y quien además ha participado en 28 ediciones de grandes rondas por etapas, contrariado cuando dos motos, una de la televisión y otra de un fotógrafo, impidieron a Pogacar continuar su ataque en el Joux Plane.
Las imágenes de lo ocurrido dieron la vuelta al mundo, en un evento retransmitido para 190 países, y llevó a los comisarios de la Unión Ciclista Internacional (UCI) a excluir a las dos motos de la etapa del domingo.
“Es inadmisible, el Tour podría decidirse por esto”, se enfadó el exciclista francés Laurent Jalabert, comentarista para la televisión de su país. Pogacar y Jonas Vingegaard se mueven en diferencias muy pequeñas hasta el momento.
Asimismo, mientras el fotógrafo admitió su culpa, el ciclista esloveno, que prefirió no encenderse, simplemente lamentó “haber disparado una bala de fogueo”.
En tanto que, este domingo, en la salida de la etapa, el corredor francés de Total Energies, Anthony Turgis, salió en ayuda de las motos, refiriendo que “sé que tienen mucho cuidado. Las cámaras tienen un zoom importante. Pero si se ponen demasiado lejos, el público se pondría delante y no tendríamos ninguna imagen”.
Esperan innovaciones
Aunque también agregó que “las propias motos se vieron bloqueadas por el público. Había cuerdas que la gente no respetó”, toda vez que varios testigos aseguanq ue en esta ocasión el público actúa este año con un entusiasmo más elevado que de costumbre. Pero “es evidente que las motos influyen en la carrera”, admite Turgis.
A veces pasan inadvertidas porque son percibidas ya como parte del paisaje, pero realmente hay decenas de motos y coches que rodean a los ciclistas, llevando a bordo a cámaras, fotógrafos, directores deportivos y miembros de la asistencia, entre otros, que aunque está estrictamente reglamentado por la UCI y por los reguladores de la carrera, rara vez la presencia resulta neutra.
Se vio el sábado en Joux Plane: hay vehículos que pueden bloquear a corredores. Ya había sido así el viernes en el Grand Colombier, donde Pogacar y Vingegaard habían tenido que frenar.
Los aficionados recuerdan además la imagen surrealista de Chris Froome corriendo a pie, con el maillot amarillo a la espalda, en el Monte Ventoux en 2016 después de haber roto su bicicleta en una caída provocada por una moto que se había visto bloqueada por la multitud.
Adam Hansen dice que la UCI trabaja en un sistema de radar trasero para las motos. “Va a llegar pronto”, asegura incluso Richard Plugge, patrón del equipo Jumbo-Visma y presidente de la Asociación Internacional de Grupos Ciclistas Profesionales.
A la par, el uso de drones para grabar, lo que permitiría reducir el número de vehículos en el asfalto, es considerado “demasiado peligroso” por Adam Hansen.
Afectan, pero también ayudan
Pero más que de frenar a los corredores, las motos son acusadas de llevarles demasiado fácilmente en su estela mediante el fenómeno de aspiración, pues un estudio publicado en 2016 por la Universidad de Tecnología de Eindhoven concluyó que “el efecto aerodinámico de las motos podía ser sustancial e incluso decisivo“.
“Afecta mucho. Lo sentimos de verdad”, subraya Anthony Turgis.
“Se ha convertido en uno de los principales problemas del ciclismo, cambia la carrera y puede decidir, por ejemplo, si la escapada llega al final o no”, estimaba a principios de año Bauke Mollema. El corredor neerlandés se enfadó en 2019 contra “las motos de la RAI”, que habían ‘remolcado’ al pelotón detrás de dos escapados, que se veían además perjudicados por ir contra el viento.
Circular en el pelotón aporta una ventaja enorme debido a la menor resistencia al aire. Según la Universidad de Eindhoven (Países Bajos), eso puede permitir a un ciclista correr a 54 km/h haciendo un esfuerzo que, por sí solo, le haría desplazarse solamente a 12 km/h.
Los coches también son a menudo señalados por su influencia en las carreras ciclistas. En abril, Pogacar ganó en solitario la Amstel Gold Race después de haber aprovechado un momento de aspiración de un coche.
Bert Blocken, profesor de Física en la Universidad de Lovaina (Bélgica), había explicado entonces a la prensa de su país que “correr en aspiración dos metros detrás de un coche reduce la resistencia al aire en un 65% y puede hacer ganar 36 segundos por kilómetros”. Una diferencia que en el ciclismo constituye todo un mundo.