Luego de que el intento de crear una Superliga europea con al menos de una doce de los mejores equipos en el viejo continente no pudiera consolidarse, este domingo el presidente de la (Union of European Football Associations) UEFA, Aleksander Ceferin, aseguró que habrá sanciones contra los 12 clubes que trataron de impulsar dicha organización a comienzos de la semana, en declaraciones al periódico dominical Mail on Sunday.
“Todo el mundo debe sufrir las consecuencias de lo que haya hecho y no podemos hacer como que no ha pasado nada.”
Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA.
¿Qué pasó con la Superliga?
El negocio detrás de la Superliga, a comienzos de la semana, lo iniciaron seis clubes ingleses, tres españoles y tres italianos, entre los más ricos de Europa, y así lanzaron un proyecto de competición casi cerrado en la que 15 de las 20 plazas estarían reservadas a los miembros fundadores.
Frente al rechazo mediático, político y a la reacción de indignación de los aficionados, los seis clubes ingleses (Manchester City y United, Liverpool, Chelsea, Tottenham y Arsenal) fueron los primeros en dar marcha atrás en su participación en la Superliga el pasado martes por la noche, seguidos por el Atlético Madrid, el Inter Milán y el AC Milan.
¿Por qué la UEFA planea sanciones?
Cabe señalar que, previo al anuncio sobre sanciones a la Superliga por parte del presidente de la UEFA, equipos como Real Madrid, Barcelona y la Juventus aún no han tirado formalmente la toalla, pues conforman un trío al que Ceferin calificó como “los que creen que la Tierra es plana y que la Superliga todavía existe”.
El dirigente en Europa hizo una distinción con los seis clubes ingleses, ya que fueron los primeros en abandonar el proyecto.
“Para mí hay una gran diferencia entre los clubes ingleses y los otros seis. Ellos se retiraron primero, admitieron su error. Hay una cierta grandeza de carácter para decir: ‘me equivoqué’.”
Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA.
Lo que no quiere decir que escaparán de algunas sanciones, pero serán menos rigurosas, según la apreciación del dirigente de la UEFA, quien de momento rechazó precisar los posibles castigos.