Con lágrimas en los ojos, Sergio Ramos se despidió este jueves del Real Madrid, el equipo donde se convirtió en una leyenda y de donde se marcha tras caducar una oferta por un año adicional que él había aceptado.
“Nunca me he querido ir del Real Madrid, me hubiera gustado quedarme aquí muchos años más, porque el Madrid es mi casa”, dijo el jugador de 35 años en rueda de prensa tras recibir el homenaje de Florentino Pérez, presidente del club.
El ex capitán Ramos compareció ante la prensa para dar su versión de por qué no hubo acuerdo para continuar en el Madrid, donde a lo largo de 16 temporadas atesoró 22 títulos, entre ellos cuatro ligas de campeones, cinco ligas españolas y cuatro mundiales de clubes.
Según dijo, el club merengue le propuso prolongar por un año y con una bajada de sueldo, del 10% según el diario deportivo Marca.
Una oferta que no le gustaba, no tanto por las condiciones económicas, sino porque él quería dos años más.
Finalmente aceptó la propuesta que había encima de la mesa, pero para su sorpresa, se encontró con que la oferta había caducado.
Esta situación se la notificó la semana pasada su hermano y representante René Ramos, quien lo ha acompañado a lo largo de su carrera.
“A mí nunca se me comunica que la oferta tiene fecha de caducidad”, aseveró el futbolista, quien se dijo sorprendido, ya que había dado su respuesta antes de la expiración de su actual contrato.
Pese a ello, no quiso criticar a Florentino Pérez, asegurando que con él ha tenido “una relación de padre e hijo, deportivamente”, y que no guarda “ningún tipo de rencor”.
El defensa no reveló a dónde se irá, aunque de momento descartó dos opciones: el Barça,“un no rotundo”, y el Sevilla FC, de donde llegó al Real Madrid en el verano de 2005 por 27 millones de euros.
El Sevilla es “el club de mi corazón pero a día de hoy no contemplo esa opción porque éste es un momento diferente, para ellos como para mí”, expuso el deportista.
La despedida emotiva de Sergio Ramos
Poco antes, Sergio Ramos fue homenajeado en un acto en petit comité en la ciudad deportiva, donde estuvo rodeado de su hermano René, su hermana Mirian, sus padres, su mujer Pilar Rubio y sus cuatro hijos.
“Uno nunca está preparado para decir adiós al Real Madrid, pero ha llegado el momento de despedirme del Real Madrid”, dijo con lágrimas en los ojos.
El futbolista dijo que llegó de la mano de sus padres y sus hermanos cuando apenas tenía 19 años, en un equipo en el que jugó 16 temporadas, disputó 671 partidos y marcó 101 goles.
En cuanto a su futuro, se mostró evasivo: “Se cierra una etapa maravillosa, una etapa única en mi vida, pero se abre una etapa de ilusión, de futuro, con muchas ganas de querer demostrar mi mejor nivel durante muchos años”.
Ramos comentó que, pese a su veteranía, le gustaría añadir a su palmarés “algún título más”, y se despidió afirmando que lo de este miércoles no es un adiós, sino “un hasta luego”.
Florentino Pérez dijo que para él “no es un día fácil”, y rindió homenaje a un jugador que llegó del pueblo sevillano de Camas “con una fuerza descomunal” y ahora ha quedado para la historia como “una de las grandes leyendas del Real Madrid”.