Karl-Heinz Rummenigge, hombre fuerte y figura histórica del Bayern Múnich, dejará sus funciones en el club el 30 de junio, seis meses antes del paso a Oliver Kahn, tras haber guiado al equipo bávaro a la cima en el siglo XXI.
El exjugador del club, doble Balón de Oro, había previsto ceder su lugar de presidente el 31 de diciembre, pero decidió adelantar la fecha, anunció este martes el Bayern Múnich, para que su sucesor Oliver Kahn pueda estar al mando desde el inicio de la próxima temporada.
“Es el momento más estratégico y más lógico”, afirmó Rummenigge en el sitio internet del club. “Es el fin del ejercicio y una nueva secuencia comienza con un nuevo equipo de entrenadores. Dije hace dos años que preveíamos una transición prudente, y eso ahora es una realidad”, añadió el exjugador.
Julian Nagelsmann, el joven y brillante técnico del Leipzig, remplazará la próxima temporada a Hansi Flick, que será seleccionador alemán. Y durante su fichaje entre abril y mayo, Rummenigge ya se había echado a un lado voluntariamente, dejando a Oliver Kahn llevar las negociaciones.
Rummenigge cede el poder al Oliver Kahn
Rummenigge fue nombrado director general o presidente del directorio en la formación de la estructura profesional en 2002, tras haber sido vicepresidente del club.
Durante sus dos décadas en el poder, el club conoció el periodo más prolífico de su historia, con dos Champions League (2013, 2020) y catorce títulos de campeón de Alemania, incluidos los nueve últimos consecutivos, y diez copas de Alemania.
Oliver Kahn, exguardameta carismático del Bayern y de la selección alemana, perpetúa la tradición del “Rekordmeister”, cuyos dirigentes son tradicionalmente antiguos jugadores.
“Me voy con satisfacción y orgullo. Dejo un club en buena salud deportiva, económica y estructural”
Karl-Heinz Rummenigge
El éxito deportivo fue construido sobre bases extremadamente sólidas, que explican también la perennidad del club al más alto nivel: entre el primer año de Rummenigge al mando en 2002 y su marcha, la cifra de negocios fue casi multiplicada por cuatro, de 214.8 a 828.8 millones de dólares. Y la empresa, que no está endeudada, registró un beneficio cada año, sin ninguna excepción.
Oliver Kahn, que le sucede, también tiene el ADN del Bayern en la sangre. Catorce temporadas pasadas con la camiseta muniquesa le han permitido ganar entre otras cosas ocho títulos de Bundesliga y una Champions 2001. Tenía en la época la reputación de un guardameta volcánico, autoritario e impulsivo, lo que le había valido el apodo de “Bárbaro”.
A sus 52 años, el hombre de una pronunciada mandíbula y hombros de boxeador se ha convertido en un sólido jefe de empresa.
Desde principios de 2020, está en el directorio del Bayern y aprende el oficio junto a Rummenigge.
“He aprendido a conocer todas las facetas de este club en 18 meses”, dijo. “Sé con precisión cómo funciona el FC Bayern y cuáles son los desafíos que le esperan. Soy consciente de la tarea y de las responsabilidades que van con ella. Y estoy contento”, resumió el exguardameta.