Rafael Nadal está listo para regresar a las canchas a lo que probablemente sea la última temporada de una carrera fabulosa, esperando que su cuerpo le permita decir adiós a los aficionados en las pistas de todo el mundo al más alto nivel.
A sus 37 años, el tenista español volverá al circuito a partir del domingo para participar en el Torneo de Brisbane, que se lleva a cabo en Australia, casi un año después de haber disputado su último encuentro oficial, la segunda ronda del Abierto de Australia, donde inició un periodo en el que acumuló lesiones que lo llevaron incluso a plantearse una retirada precipitada.
Pero Rafa Nadal no es de los que se rinden fácilmente y en los últimos meses ha trabajado duro para volver y poder decir adiós en las canchas, si bien ni él mismo sabe hasta dónde aguantará su cuerpo tras la cantidad de lesiones que han marcado también su exitosa carrera.
Rafael Nadal, exnúmero 1 del mundo caído ahora al lugar 670 del ranking después de una temporada prácticamente en blanco, regresa a la competición en el torneo ATP 250 de Brisbane el 31 de diciembre.
“He trabajado mucho para volver a competir y si de repente las cosas y el físico me permiten seguir adelante y disfruto de lo que hago, ¿para qué me voy a poner una fecha límite? Creo que no tiene sentido”, explicó en un vídeo Rafa Nadal publicado en redes sociales a principios de diciembre.
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El último partido oficial del español, vencedor de 22 torneos de Grand Slam, fue su derrota en segunda ronda del Abierto de Australia en enero de 2023.
Su entrenador Carlos Moyà explicó en la web de la ATP hace una semana las dificultades que atravesó Nadal para poder regresar al circuito tras someterse a la operación de cadera: “Entrar al quirófano es el último clavo ardiendo al que te agarras para intentar volver y retirarte en la pista. Sabiendo esos riesgos, lo ha intentado porque era la única manera que tenía si quería volver”.
“No ha sido un camino de rosas, ni mucho menos. Ha sido un camino bastante virado y tortuoso, con muchas curvas”.
Carlos Moyà
Esta voluntad inquebrantable ha sido la misma que le hizo conquistar 92 torneos desde que se hizo profesional en 2001, entre ellos 14 Roland Garros, el torneo en el que cimentó su leyenda y en el que solo ha perdido tres partidos de los 115 disputados en la tierra parisina. Además suma cuatro US Open, dos Wimbledon y dos títulos en el Abierto de Australia.
Su garra, su fuerza mental, su capacidad de lucha y su derecha demoledora han hecho de él uno de los tenistas más grandes de la historia, algo que contrasta con su modestia y su tranquilidad fuera de las pistas.