La pelea entre aficionados de los Gallos Blancos, del Querétaro, contra simpatizantes del Atlas sigue dando de qué hablar; sin embargo, en México, la violencia en los estadios no es nueva: desde hace varios años se han reportado incidentes de agresiones entre las barras de los equipos, tanto fuera como dentro de los estadios del futbol mexicano.
En el Guard1anes 2021, el Atlético San Luis recibió al Puebla y la porra local se confrontó contra aficionados potosinos; el partido prosiguió pese a las agresiones.
En el Apertura 2019, la barra de los Gallos Blancos del Querétaro se enfrentó a integrantes de la escuadra del Atlético San Luis; el encuentro fue suspendido por la violencia en las gradas. La pelea fue en el Estadio Alfonso Lastras.
Otra pelea famosa es la de fanáticos de los Tigres y Rayados, equipos del norte del país. En la gresca, antes del clásico norteño, los seguidores de las escuadras se enfrentaron en la Avenida Aztlán, a unos kilómetros del Estadio Universitario. El incidente ocurrió en septiembre de 2018.
- En los clásicos del futbol, por lo general, las pasiones se van al extremo y generan violencia, en el Clausura 2015, los equipos de Chivas y Atlas se enfrentaron.
Pese a que no hubo golpes entre las porras, los aficionados del Atlas saltaron a la cancha del Estadio Jalisco a confrontar a los jugadores rivales. En dicho encuentro, los atlistas perdieron y no pudieron clasificar.
Otras grescas
En 2007, los Rojinegros ganaron 2-0 a los Gallos Blancos y con ello los mandaban a la Liga de Ascenso, lo que desató con la frustración de los seguidores del Querétaro, una pelea campal en el estadio Jalisco.
En el Clausura 2016, en la victoria 2-1 de Santos sobre Tigres, tuvo momentos de violencia cuando las barras de ambos equipos se agredieron en las tribunas y se lanzaron botes de basura, palos y cubetas.
También en el Clausura 2016, Veracruz y Tigres se liaron a golpes en las gradas del estadio de los extintos Tiburones, e incluso los jugadores y Ricardo Tuca Ferretti, director técnico, tuvieron que intervenir para pedir a la afición que no se caldearan más los ánimos.