A falta de unos minutos de empezar la primera carrera tras la suspensión temporal de la Fórmula 1 por la crisis del coronavirus, los pilotos de la competencia -no todos- se arrodillaron en la parrilla de salida del circuito de Austria en contra del racismo. Uno de los promotores de este bonito gesto ha sido Lewis Hamilton, después de posicionarse publicamente tras la muerte de George Floyd el pasado 25 de mayo a manos de un policía en Minnesota, Estados Unidos.
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