Oscar Pistorius, excampeón paralímpico sudafricano, salió este viernes de la cárcel, discretamente y sin ser captado por las cámaras, y “ya está en su casa” en libertad condicional, casi 11 años después del asesinato de su novia, Reeva Steenkamp, en 2013.
El famoso exatleta, de 37 años, amputado de ambas piernas y condenado por asesinato en un caso que conmovió al mundo, ya ha cumplido más de la mitad de su condena y obtuvo la libertad condicional el pasado 24 de noviembre.
“Ha sido admitido en el sistema correccional comunitario y ya está en su casa”, afirmó la administración penitenciaria en un comunicado, confirmando que su libertad condicional es ya efectiva.
Aunque se sabía que Pistorius saldría de la cárcel el viernes, las autoridades no habían comunicado de antemano ni la hora ni los detalles logísticos de su excarcelación, alegando razones de “seguridad”.
En virtud de las condiciones establecidas para otorgarle la libertad condicional, el seis veces campeón paralímpico tiene prohibido hablar con los medios de comunicación.
En una declaración escrita recibida por la AFP pocos minutos antes de la liberación de Pistorius, la madre de la víctima afirmó que los familiares de Reeva Steenkamp están “condenados” a sufrir toda la vida.
“Nosotros, que seguimos aquí, estamos condenados a perpetuidad”, lamentó June Steenkamp.
Preguntada sobre si “se ha hecho justicia para Reeva” y si “Oscar ha cumplido una condena suficiente”, consideró que “nunca hay justicia en la medida en que el ser querido nunca volverá”.
Un crimen que generó conmoción
Pistorius, un corredor que perdió sus piernas de niño y era conocido como “Blade Runner” por sus prótesis de carbono, fue condenado a 13 años de prisión en 2017 por el asesinato de su novia de 29 años, en 2013.
La madrugada del 14 de febrero de 2013, día de San Valentín, asesinó a Steenkamp disparando cuatro veces contra la puerta del baño de su casa en Pretoria.
El deportista se declaró no culpable y negó que hubiera matado a la joven. Afirmó que disparó contra la puerta del baño porque creyó que había un ladrón.
El crimen generó conmoción, ya que Pistorius era considerado como un ejemplo de la superación ante las adversidades.
Al término de un primer juicio, que comenzó en 2014 y fue retransmitido en directo por televisión, el corredor paralímpico fue condenado a cinco años de prisión por homicidio involuntario.
Sin embargo, el fiscal consideró la sentencia “escandalosamente indulgente” y pidió que se recalificara como asesinato. Tras varios recursos y la cruda lectura de un informe de autopsia de la víctima, que provocó vómitos del acusado, finalmente fue condenado a finales de 2017 a 13 años y cinco meses de prisión por asesinato.
En Sudáfrica, los condenados pueden solicitar la libertad condicional tras haber cumplido la mitad de su pena.
Como parte de su condena, hasta el final de 2029, Pistorius debe someterse a una terapia para el control de la ira y tratar sus “problemas de violencia de género”.