La natación tiene una nueva reina; se trata de la australiana Ariarne Titmus, que destronó a la estadounidense Katie Ledecky de los 200 m libres.
Ariarne Titmus ya le había ganado los 400 m en estilo libre en estos juegos a Ledecky; ahora la australiana se llevó el oro que había ganado hace cuatro años Ledecky en los 200 m, que ahora ni siquiera logró subirse al podio.
La australiana se impuso a la hongkonesa Siobhan Bernardette Haughey, que se quedó con la plata, y a la canadiense Penny Oleksiak que se colgó el bronce.
A 50 m de la meta era tercera pero Titmus de 20 años aceleró para terminar estableciendo un nuevo récord olímpico (1:53.50), mientras que la cinco veces campeona olímpica y defensora del título en esta distancia, la australiana Katie Ledecky, finalizó quinta con tiempo de 1:55.21.
Titmus comienza a ganarse el título de la nueva reina de la natación ya que ha ofrecido en la alberca las carreras más espectaculares desde el inicio de los Juegos, especialmente por unos cierres sin equivalente entre sus competidoras.
Ariarne Titmus superó ya a Ledecky en los 400 metros libre del Mundial de Gwangju-2019 y ostentaba antes de estos Juegos las dos mejores marcas del año en 200 y 400 m, acercándose además a ambos récords del mundo.
Ariarne Titmus partirá el jueves al asalto de los 800 metros, una distancia en la que Ledecky sí es claramente superior, pero la autraliana quieres seguir sorprendiendo.
Ledecky llegó a Tokio con la aspiración de colgarse cinco medallas de oro (200, 400, 800, 1.500 m y relevo 4×200 m), igualando la suma total de las que había logrado entre Londres-2012 y Rio-2016, pero por ahora ha perdido las dos primeras finales disputadas.