Nely Miranda consiguió el bronce en natación en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, en la disciplina de 50 metros pecho categoría SB3, lo que significó la cuarta medalla paralímpica de su carrera; sin embargo, ella misma reconoció que esta es la presea más satisfactoria de su trayectoria.
La atleta veracruzana por adopción, una de las tres medallistas de Veracruz, se sometió a una cirugía de columna vertebral en 2018, lo que la privó de nadar hasta el presente año, por lo que su preparación rumbo a la justa paralímpica se dio en tiempo récord.
“La preparación de cuatro años, yo la hice en cuatro meses. Cada mes para mí fue un año, precisamente para alcanzar los tiempos y las metas que hoy ustedes están viendo y que hoy se están reflejando en una medalla”.
Nely Miranda
Debido a la operación, fue inducida a un coma, lo que despertó la preocupación de su familia, pues temían que la tensión y el estrés de un evento de este calibre pudiera conllevar un daño más significativo a su salud, ya que también sufre de epilepsia.
Con la promesa de cuidar su salud, la nadadora partió a Japón, a los Juegos Paralímpicos en los que México obtendría 22 medallas, buscando lograr su mejor tiempo; no obstante, con su marca de 01:01:60, se quedó a tres segundos de su registro ideal, aunque el mayor daño de la prueba lo sufrió su cuerpo.
“En el libre de los 50 metros, yo acomodé mal mi pie para salir y me generé, sin querer, un clonus y esto fue a detonar a los 25 metros y yo trataba de que no se generalizara y pudiera terminar la prueba. Cuando me sacaron, yo tenía los espasmos en las piernas, eso me deja muy débil, pero me atendieron rápido y pude llegar a la final”
Nely Miranda
A pesar de estar cercana a romper su promesa, cuando logró el tercer lugar en la prueba y consiguió el bronce, tanto su hijo y su madre, quienes han vivido todo el proceso de Nely Miranda desde su accidente en el año 2000, le expresaron su orgullo, aún a la distancia.
Nely reconoció que antes de la competencia, su hermano le expresó su deseo de que se retirara, pues desde su perspectiva, la multimedallista ya no tenía nada que demostrar, mientras que su madre le pidió que dejara de nadar cuando aconteció la lesión en su pie.
Quien también la apoyó, aunque de forma presencial, fue la atleta Estela Salas, medallista paralímpica en Atenas 2004, quien la felicitó diciéndole: “Yo lo sabía, mi niña, sabía que te iba a ir super bien porque eres una guerrera”.
Las cuatro vidas de Nely Miranda
En entrevista con Uno TV, la atleta reconoció que su más grande miedo es estar de nuevo entre la vida y la muerte, pues debido a su discapacidad, su salud ha estado en grave riesgo tres veces, lo que la tiene viviendo su cuarta vida.
“Dios me dio como a los gatos, siete vidas, yo ya me gasté cuatro y quiero cuidar las otras tres como el mayor tesoro”.
Nely Miranda
El primer suceso de impacto para Nely fue su accidente el 10 de agosto del 2000, una caída que la dejó cuadripléjica; el segundo fue en 2005, cuando tuvo una recaída cuyo diagnóstico era que no podría volver a caminar.
Mientras que su coma inducido en 2018, precedido por las convulsiones de 2017, fue el tercer momento que puso en jaque su vida, aunque después de dichos acontecimientos, vinieron dos medallas de oro en Beijing 2008, un bronce en Río 2016 y, finalmente, otro bronce en Tokio 2020.
Nely Miranda, la persona detrás de la medallista
Nely Miranda es una nadadora que le tenía miedo al agua. Por esta razón, expresó que “lo único que tenemos que hacer por parte de nosotros es dar ese extra y quitar de nuestra mente la palabra ‘no se puede, es imposible’”.
“Todo se puede, todo es posible, nada más es de que forme parte de ti, que pongas actitud a tus aptitudes y eso va a provocar un excelente resultado”.
Nely Miranda
Las lágrimas de Miranda Herrera en la premiación hablan de una mujer que ha tenido que enfrentar recaídas, lesiones y problemas de salud; sin embargo, ha trabajado para reponerse y seguir nadando, pues a pesar de sus 49 años, el retiro no es una opción.