Luis Rubiales, expresidente de la Federación Española de Futbol, quien le dio un beso forzado a Jennifer Hermoso, no podrá acercarse a la jugadora.
Rubiales declaró ante un juez este viernes y se le impuso como medida cautelar que no puede acercarse a menos de 200 metros a Hermoso, ni contactarla.
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Rubiales llegó y se marchó de la Audiencia Nacional en Madrid a pie, acompañado de su abogada y sin realizar declaraciones. Según fuentes próximas a la Fiscalía, el exdirigente volvió a negar la falta de consentimiento en el beso.
En una entrevista en la televisión británica, difundida el martes, Rubiales ya había asegurado que se trató de “un acto mutuo”.
“No fue intencionado. No había connotación sexual de ningún tipo, sólo fue un momento de felicidad, la gran alegría del momento”, afirmó. “Mis intenciones eran nobles, 100% no sexuales, 100%, repito 100%”, reiteró.
Su versión choca, sin embargo, con la de Jenni Hermoso, quien ya había indicado que se sintió “vulnerable y víctima de una agresión” cuando recibió el beso, que a su juicio se trató de “un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento”, y presentó una denuncia la semana pasada.
La abogada de la jugadora, Carla Vall, repitió el viernes que “fue un beso no consentido” y celebró que “gracias a ese video todo el mundo, todo el país, ha podido observar cómo no existía ningún tipo de consentimiento”.
Aún no se decide si habrá juicio contra Luis Rubiales
Una vez termine la instrucción, que apenas acaba de arrancar, el magistrado a cargo del caso deberá decidir si se abre un juicio contra Rubiales. Al tratarse de una investigación que todavía está en su fase inicial, no se espera ninguna decisión a corto plazo.
Desde una reciente reforma del Código Penal español, un beso no consentido puede considerarse agresión sexual, una categoría penal que agrupa todos los tipos de violencia sexual.
Las penas por un beso forzado pueden ir desde una multa hasta cuatro años de prisión, de acuerdo con fuentes de la Fiscalía.
El ministerio público también contempla un supuesto delito de coacciones, ya que Hermoso afirmó en su declaración “que tanto ella como su entorno más próximo sufrieron una presión constante y reiterada por parte de Luis Rubiales y el entorno profesional de este, para que justificara y aprobara los hechos”, de acuerdo con la querella de la Fiscalía.