La designación de Arabia Saudita como sede del Mundial 2034 sería una “catástrofe para los derechos humanos”, dijo Human Rights Watch, mientras que más entidades en favor de los Derechos Humanos han manifestado sus preocupaciones.
Arabia Saudita fue el único país que presentó una candidatura para albergar la Copa Mundial de la FIFA 2034 antes de que cerrara el plazo, dijo el martes el organismo rector mundial del fútbol.
La FIFA había invitado a presentar candidaturas a Asia y Oceanía para el torneo antes del 31 de octubre, y Arabia Saudita anunció que presentaría su candidatura sólo minutos después del anuncio el 4 de octubre. Australia dijo el martes que no presentaría una candidatura para albergar el torneo, dejando a Arabia Saudita Arabia como único candidato.
En reacción a la noticia, Minky Worden, directora de Iniciativas Globales de Human Rights Watch y Ronan Evain, director ejecutivo de Football Supporters Europe, expresaron su preocupación por el historial de violaciones a los derechos humanos de Arabia Saudita, el bienestar de los aficionados LGBT+ y los trabajadores migrantes, así como lo que describieron como una “parodia de un proceso de licitación”.
Arabia Saudita debe garantizar los Derechos Humanos
La organización Alianza Deporte y Derechos, una coalición de organismos que incluyen grupos de defensa de los Derechos Humanos y estructuras anticorrupción, declaró que la ausencia de competencia en la organización del Mundial-2034 pone en riesgo la popularidad del evento de la FIFA.
Esta coalición afirmó que era vital para la FIFA aprobar y mantener acciones vinculantes para poder garantizar los Derechos Humanos por parte de los países candidatos a la organización del Mundial.
“La FIFA debe ahora dejar claro lo que espera de los anfitriones en términos de respeto de los Derechos Humanos“, estimó Steve Cockburn, jefe de Economía y Justicia Social de Amnistía Internacional.
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“También deben estar preparados para suspender las candidaturas si hay riesgos importantes contra los Derechos Humanos que no se han tenido en cuenta”, estimó.
Qatar, país vecino de Arabia Saudita que albergó en 2022 el primer Mundial en Oriente Medio, recibió importantes críticas por parte de grupos y asociaciones, que señalaron especialmente el trato a los trabajadores extranjeros en el emirato.
“La mejor forma para que la FIFA garantice los derechos de los trabajadores y asegurar una libertad de expresión es prevenir potenciales discriminaciones durante el proceso de selección, no después de que los candidatos hayan sido confirmados y que la preparación haya comenzado”, apuntó Cockburn.