Donna Kelce, conocida como la “mamá del Super Bowl”, vivió una noche agridulce luego de que su hijo Travis ganara el Super Bowl LVII con Kansas City. ¿La mala noticia? Su segundo hijo, Jason, estuvo del otro lado de la balanza, desconsolado por la derrota con Philadelphia Eagles.
¡Corazón dividido! Donna Kelce consuela y felicita a sus hijos
La gran protagonista del Super Bowl fue Donna Kelce, la madre de Travis y Jason, quien desde el inicio llamó la atención por su atuendo dividido con los colores de los equipos de sus dos hijos, pero fue al final del encuentro en Arizona cuando la mujer se robó los reflectores al dar atención a ambos en sus respectivos momentos.
En un video se le puede ver abrazando efusiva a Travis Kelce, quien colaboró con una recepción de touchdown en el Super Bowl que sirvió para consolidar a Patrick Mahomes en lo más alto de la NFL. El receptor celebró efusivo con la mujer que le dio la vida y compartió su logro con ella.
Por el lado contrario, Jason se quedó a tres puntos de alzar el trofeo Vince Lombardi y no pudo ocultar su frustración, especialmente cuando su madre se acercó para ver cómo estaba ante la derrota. Según medios estadounidenses, cuando se encontraron, Donna le dijo: “Mamá siempre estará aquí”.
Las dos caras de la moneda en Arizona
El Super Bowl LVII fue la primera vez que un par de hermanos se enfrentaba en el máximo escenario de la NFL, lo que volteó las miradas de los medios a la madre de los hermanos Kelce, quien nunca se decantó por un favorito y aseguró que estaría ahí para ambos.
Para asegurar que esta promesa no quedara en tela de juicio, Donna vistió un atuendo entero en alusión a Kansas City y Philadelphia. Desde la chaqueta hasta los tenis, la madre de ambos dejó entrever que en la familia no hay favoritismos.
Ambos jugadores nacieron en Ohaio como fanáticos de los Cleveland Browns. Incluso, llegaron juntos a la secundaria de Cleveland Heights. En contraste, ninguna de los dos se consideran unas celebridades “tocadas por Dios”. Travis, de 33 años de edad, recibió diversas propuestas y terminó en las filas de la Universidad de Cincinatti.
Por otra parte, Jason, de 35 años, no fue becado sin embargo fue colocado en los Bearcats como corredor con tal de tener un lugar, para luego realizar la transición a la posición de centro, sin perder el espíritu ofensivo.