El Comité Olímpico Internacional (COI) va a comprar a China vacunas para facilitar la organización de los Juegos Olímpicos de Tokio este año, pero también los de invierno de Pekín en 2022, anunció este jueves el presidente del organismo, Thomas Bach.
Las autoridades chinas han ofrecido a la instancia olímpica “poner a disposición dosis adicionales de vacunas”, en cantidad no precisada, “para los participantes” en estas dos ediciones de los Juegos Olímpicos, explicó Bach.
El COI, que no quiere hacer obligatoria la vacuna para los Juegos Olímpicos teniendo en cuenta la disponibilidad muy desigual de las dosis, va a “pagar” por estas inyecciones, que conciernen “no solo a los equipos olímpicos, sino también a los paralímpicos”, según Bach.
Ningún calendario ha sido suministrado, ni ningún detalle sobre la atribución de estas vacunas, que podrá hacerse “a través de socios internacionales, o directamente”.
En el segundo día de la 137ª sesión de los Juegos Olímpicos, Thomas Bach se mostró de nuevo optimista sobre la disputa de los Juegos de Tokio, ya aplazados un año y previstos del 23 de julio al 8 de agosto, pese a la crisis sanitaria.
Según el COI, “un número significativo de equipos olímpicos ya han sido vacunados, conforme a sus directivas nacionales”, cuando la eventual prioridad dada a la vacuna de deportistas bien de salud sigue siendo un tema delicado en el mundo olímpico.
La instancia, por otra parte, se comprometió a que “por cada dosis adicional” atribuida a las delegaciones olímpicas, a “comprar otras dos destinadas a la población del mismo país”, según Thomas Bach.
Por otra parte, “otro número significativo” de delegaciones “recibió un compromiso de sus gobiernos”, dejando esperar una cobertura de vacunaciones importante entre los 11 mil deportistas esperados este año en Japón para los Olímpicos.
Thomas Bach insiste desde hace varios meses en el número de competiciones internacionales que se han organizado desde el año pasado sin que hayan desembocado en brotes de COVID-19, antes incluso de que las vacunas aportaran una protección suplementaria.
Una amplia mayoría de la población japonesa sigue siendo, sin embargo, hostil a recibir los Juegos Olímpicos este año ante la propagación de variantes más contagiosas del COVID-19.