Esquiadoras que realizan acrobacias aéreas con gigantescas chimeneas de fábrica al fondo son parte de las más sorprendentes imágenes que han dejado los Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022 gracias a la competición de Big Air que quedarán como de las más icónicas y espectaculares.
La instalación de un trampolín a 60 metros del suelo en una antigua fábrica de acero de Beijing donde la estrella local Eileen Gu conquistó el oro el martes pasado en el Big Air, una nueva disciplina olímpica, ha sido uno de los escenarios más espectaculares.
La plataforma se levanta sobre la sede de las acerías Shougang, al oeste de la capital china, que en su momento de mayor actividad dio empleo a más de 200 mil obreros.
Entre chimeneas y torres de refrigeración, el decorado es todo menos habitual en una competición cuyo telón de fondo suele ser una cordillera de montañas nevadas.
A pleno rendimiento, la gigantesca instalación metalúrgica, construida a partir de 1919, tenía una capacidad de producción de más de 10 millones de toneladas de acero al año, según la agencia china Xinhua.
Bajo Mao Tsé-Tung, el fundador del régimen comunista (1949-76), la fábrica se erigió como un estandarte de la modernización del país, antes de ser percibida más recientemente como un desastre ecológico.
La zona más contaminada de Beijing
Las chimeneas de Shougang en la ciudad de Beijing expulsan cada año 9 mil toneladas de contaminación al cielo de Pekín, convirtiendo al distrito de Shijingshan, en el que están situadas, en una nebulosa grisácea y perjudicial para la salud.
“En verano, los habitantes no se atrevían ni a dar un paseo para refrescarse, ni a comer fuera, y menos a colgar la ropa en la ventana: en una noche, las prendas blancas se volvían negras”, declaraba en 2011 un antiguo obrero de la metalurgia, Lu Zengzhi, a la agencia china.
Mientras se acercaban los Juegos Olímpicos de verano de 2008, el gobierno se rompió a cerrar progresivamente la fábrica. Los últimos cables metálicos salieron a finales de 2010.
Pero en lugar de destruirlo todo, las autoridades optaron por conservar el marco original, transformándolo poco a poco en un barrio moderno con galerías de arte, bares, cafés, restaurantes, jardines, hoteles y oficinas, entre ellas las de los organizadores de los Juegos de 2022.
Pero la atracción principal del nuevo Shougang es sin duda la plataforma destinada al Big Air, inaugurada en 2019. Donde los esquiadores pueden lanzarse para realizar sus figuras acrobáticas en pleno vuelo desde un trampolín.
La aparición de este escenario en Beijing 2022 ha sido a veces alabado por su parte “cool” o “sorprendente”, aunque el lugar también ha generado críticas porque ven en él una instalación “espantosa” o, “una central nuclear” por sus imponentes torres de refrigeración.