En el Velódromo de Izu se vivieron momentos de tensión cuando el ciclista australiano Alexander Porter sufrió una aparatosa caída en la prueba de Persecución por Equipos.
Porter se mantenía enfilado con sus compañeros, corría en la cuarta posición cuando de pronto el manubrio de su bicicleta se quebró y fue impulsado hacia el frente.
La caída de Porter significó que sus coequiperos se detuvieran para ver si no sufrió alguna lesión seria, y poco les importó el tiempo que podrían registrar en la competencia.
La acción fue aplaudida por otros ciclistas y fue una gran muestra del espíritu olímpico durante Tokio 2020.
El percance le dejó visibles heridas en el rostro, además de la frustración por no poder seguir en la clasificación.
La prueba fue dominada por los equipos de Dinamarca, Italia y Nueva Zelanda, que partirán como favoritos en la caza por las medallas.