La polémica entre Poseidón y Cháak atrajo a la conversación a Tláloc, el dios mexica de la lluvia, y es que, las tres deidades, aunque de orígenes culturales distintos, comparten como uno de sus elementos característicos el agua.
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Pero, ¿quién es Tláloc?
Tláloc es el dios mexica de la lluvia y del relámpago. Es uno de los dioses mexicas de la tierra, conocido por su facultad para dominar el agua y proveer el también llamado licor de la tierra que contribuía al crecimiento de los cultivos de maíz, indica un artículo publicado por el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua.
Para los aztecas este dios era el rey de los fenómenos atmosféricos y el espíritu de las montañas, por lo que su poder era digno de grandes honores y sacrificios.
Dichos sacrificios incluían tanto animales como seres humanos, pues según la cosmovisión mexica, la comunidad dependía del buen desempeño de estos para la prosperidad de su agricultura. De ahí que fuera invocado para agradecer su intervención cuando las cosechas eran exitosas donde la sequía se apoderaba de los campos.
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Y es que, en las antiguas culturas mesoamericanas, la lluvia era un elemento vital para la supervivencia y la prosperidad. Es por ello que Tláloc, el dios de la lluvia, ocupaba un lugar central en las creencias y prácticas religiosas de estas civilizaciones.
Tláloc, Chalchiuhtlicue y los tlalocas
De acuerdo con los datos conocidos, se sabe que Tláloc era esposo de la diosa Chalchiuhtlicue a quien se reconoce como deidad del agua, y del amor. Así como de la belleza, las aguas de ríos, los lagos, las tormentas y los mares. Además de ser la protectora de los navegantes y patrona del bautismo.
Tláloc y Chalchiuhtlicue tuvieron muchos hijos a quienes se les llamaba tlalocas, que son las nubes del cielo.
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¿Cómo se representa a Tláloc?
A Tláloc se le representaba como un dios imponente, con barba y colmillos, adornado con orejeras y un tocado azul que simbolizaba el cielo.
Y su poder se manifestaba en las tormentas, los relámpagos, los truenos y el granizo.
