Ofrenda de Día de Muertos, ve el significado de sus elementos

| 12:39 | Lucía P Castillo | INPI / UNAM
Elementos De La Ofrenda De Muertos
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Las ofrendas, altares y rituales son parte del culto a la muerte, el cual fundamental en la cultura mexicana. A través de ellas, las personas invitan a las almas de los difuntos a regresar y compartir momentos con ellos el 1 y 2 de noviembre, Día de los Muertos.

Pero, ¿qué elementos debe llevar una ofrenda de Día de Muertos y cuál es su significado?

La ofrenda de muertos debe tener varios elementos esenciales, asegura el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI). Si faltara uno de ellos, se pierde, aunque no del todo, el encanto espiritual que rodea a este patrimonio religioso.

Elementos imprescindibles para recibir a las ánimas

Estos son algunos de los elementos que deben incluirse en la ofrenda de Día de Muertos:

Agua

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El agua es considerada la fuente de la vida, se ofrece a las ánimas para que mitiguen su sed después de su largo recorrido y para que fortalezcan su regreso. En algunas culturas simboliza la pureza del alma.

Sal

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La sal es el elemento de purificación, sirve para que el cuerpo no se corrompa, en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año.

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Velas y veladoras

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En la actualidad se usa el cirio en sus diferentes formas: velas, veladoras o ceras. Sin embargo, los antiguos mexicanos utilizaban rajas de ocote.

La flama que producen significa “la luz”, la fe, la esperanza. Es guía, con su flama titilante para que las ánimas puedan llegar a sus antiguos lugares y alumbrar el regreso a su morada.

En varias comunidades indígenas cada vela representa un difunto, es decir, el número de veladoras que tendrá el altar dependerá de las almas que quiera recibir la familia.

Si los cirios o los candeleros son morados, es señal de duelo; y si se ponen cuatro de éstos en cruz, representan los cuatro puntos cardinales, de manera que el ánima pueda orientarse hasta encontrar su camino y su casa.

Copal e incienso

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El copal era ofrecido por los indígenas a sus dioses ya que el incienso aún no se conocía, este llegó con los españoles. Es el elemento que sublima la oración o alabanza. Fragancia de reverencia. Se utiliza para limpiar al lugar de los malos espíritus y así el alma pueda entrar a su casa sin ningún peligro.

Las flores

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Las flores, sobre todo de cempasúchil, son símbolo de la festividad por sus colores y estelas aromáticas. Adornan y aromatizan el lugar durante la estancia del ánima, la cual al marcharse se irá contenta, el alhelí y la nube no pueden faltar pues su color significa pureza y ternura, y acompañan a las ánimas de los niños.

En muchos lugares del país se acostumbra poner caminos de pétalos que sirven para guiar al difunto del campo santo a la ofrenda y viceversa. La flor amarilla del cempasuchil deshojada, es el camino del color y olor que trazan las rutas a las ánimas.

Los indígenas creían que la cempasúchil era una planta curativa, pero ahora solo sirve para adornar los altares y las tumbas de los difuntos. Por esta razón se dice que a lo largo del tiempo la flor fue perdiendo sus poderes curativos. Flor de cempasúchil significa en náhuatl “veinte flor”.

El petate

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Entre los múltiples usos del petate se encuentra el de cama, mesa o mortaja. En este particular día funciona para que las ánimas descansen así como de mantel para colocar los alimentos de la ofrenda.

El izcuintle

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Lo que no debe faltar en los altares para niños es el perrito izcuintle en juguete, para que las ánimas de los pequeños se sientan contentas al llegar al banquete.

El perrito izcuintle, es el que ayuda a las almas a cruzar el caudaloso río Chiconauhuapan, que es el último paso para llegar al Mictlán.

El pan

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El ofrecimiento fraternal es el pan. La iglesia lo presenta como el “Cuerpo de Cristo”. Elaborado de diferentes formas, el pan es uno de los elementos más preciados en el altar.

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El golletes y las cañas

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Los golletes y las cañas se relacionan con el tzompantli. Los golletes son panes en forma de rueda y se colocan en las ofrendas sostenidos por trozos de caña. Los panes simbolizan los cráneos de los enemigos vencidos y las cañas las varas donde se ensartaban.

El retrato

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La fotografía del recordado sugiere el ánima que visitará el altar y a quién está dedicado éste. Según el INPI, éste debe quedar escondido, de manera que solo pueda verse con un espejo, para dar a entender que al ser querido se le puede ver pero ya no existe.

La imagen de las Ánimas del Purgatorio y otros santos

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La imagen de las Ánimas del Purgatorio se coloca para obtener la libertad del alma del difunto, por si acaso se encontrara en ese lugar, para ayudarlo a salir, también puede servir una cruz pequeña hecha con ceniza.

Pueden colocarse otras imágenes de santos, para que sirva como medio de interelación entre muertos y vivos, ya que, en el altar son sinónimo de las buenas relaciones sociales. Además, simbolizan la paz en el hogar y la firme aceptación de compartir los alimentos, como las manzanas, que representa la sangre, y la amabilidad a través de la calabaza en dulce de tacha.

El mole

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El mole con pollo, gallina o guajolote, es el platillo favorito que se pone en el altar, aunque también le agregan barbacoa con todo y consomé. La buena comida tiene por objeto deleitar al ánima que nos visita.

Calaveras de azúcar

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Las tradicionales calaveritas de tamaño mediano son una representación de la muerte siempre presente. Mientras que las calaveras chicas son dedicadas a la Santísima Trinidad y la grande al Padre Eterno. Actualmente las hay de azúcar, chocolate, amaranto y gomita.

El licor

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Los licores son para que el difunto recuerde los grandes acontecimientos agradables durante su vida y se decida a visitar el mundo de los vivos.

Cruz grande de ceniza

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La colocación de una cruz de ceniza tiene como fin que, al llegar el ánima hasta el altar, ésta pueda expiar sus culpas pendientes.

Decoración

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El altar puede ser adornado con papel picado, con telas de seda y satín donde descansan también figuras de barro, incensario o ropa limpia para recibir a las ánimas.

La ofrenda del Día de Muertos es una mezcla cultural donde los europeos pusieron algunas flores, ceras, velas y veladoras; los indígenas le agregaron el sahumerio con su copal y la comida y la flor de cempasúchil (Zempoalxóchitl), indica el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI).

La ofrenda, tal y como la conocemos hoy, es también un reflejo del sincretismo del viejo y el nuevo mundo. 

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La muerte, ¿qué significado tiene para los mexicanos?

La celebración del Día de Muertos en México es una de las celebraciones más importantes para los mexicanos y tiene reconocimiento a nivel mundial. Estas fechas son consideradas se consideran una celebración a la memoria y un ritual que privilegia el recuerdo sobre el olvido.

Esto, debido a que no se ve a la muerte como una ausencia, sino como una presencia continua y un vínculo entre los vivos y sus seres queridos que han partido.

El Día de Muertos representa la confluencia de tradiciones indígenas con la influencia del catolicismo, dando lugar a una festividad rica en significado y simbolismo.

La ofrenda es ese ritual colorido donde el individuo y la comunidad están representados con su dádiva. Ofrendar, en el Día de Muertos, es compartir con los difuntos el pan, la sal, las frutas, los manjares culinarios, el agua y, si son adultos, el vino. Es mediante esta tradición es posible estar cerca de nuestros muertos para dialogar con su recuerdo, con su vida.