La curiosa historia detrás de la expresión “ya te cargó el payaso”

| 14:15 | José Antonio Romero Santiago | UnoTV
La curiosa historia detrás de la expresión “ya te cargó el payaso”
Expresión “ya te cargó el payaso” habría nacido en los rodeos. Foto: Getty

La expresión “ya te cargó el payaso” es una de las frases más identificadas y que forman parte del vocabulario de los mexicanos, pero ¿cuál es su historia? ¿cómo es que siguen pasando los años, y no deja de ser recurrente?

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¿Qué significa la expresión “ya te cargó el payaso” y por qué se dice?

De acuerdo con un comunicado de la UNAM, la expresión “ya te cargó el payaso” es un término popular mexicano que se utiliza cuando alguien está en una situación difícil o peligrosa, de la que será muy complicado salir o que no tiene solución.

También, se emplea de manera informal, humorística o sarcástica para expresar que algo salió mal o que alguien se metió en un problema serio.

¿Cuál es la historia de la expresión “ya te cargó el payaso”?

De acuerdo con Idanely Mora Peralta, del Centro de Lingüística Hispánica del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, el origen de esta frase estaría en los rodeos. Ya que a principios del siglo XX, los payasos jugaban un papel importante en estos eventos, pues se encargaban de entretener al público durante las pausas del espectáculo.

En la década de 1920, llegó a México el ganado Brahman, que era conocido por su fuerza y capacidad de saltar, lo que aumentaba el riesgo de accidentes para los jinetes. Aquí es cuando los payasos, con su indumentaria característica, que incluía pañuelos colgantes en sus cinturones, entraban en acción, distraían al toro mientras otros payasos cargaban al jinete caído para evitar que el animal lo atacara.

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Fue así que, la expresión “ya te cargó el payaso” se usaba en los rodeos con su significado literal, es decir, cuando el vaquero sufría una caída o daño, y los payasos cumplían con su oficio, sacarlo y ponerlo a salvo del toro.

Pero los años pasan, y hoy en día, esta frase alude a una persona que se encuentra ante un riesgo, un peligro o en una situación complicada, con un asalto o robo.

Figura del payaso a lo largo del tiempo

De acuerdo con la información de la UNAM, el primer registro sobre la palabra “payaso” ocurrió entre los años 1820 y 1823, cuando apareció en la obra Sátiras y panfletos del trienio constitucional, de Sebastián de Miñano. Desde entonces, ha sido una figura importante en la sociedad mexicana, señala Idanely Mora Peralta.

Según la Real Academia Española, el término “payaso” proviene del italiano pagliaccio, que se refiere a una persona que hace reír con sus dichos o gestos.

El payaso es un personaje que viste de manera extravagante, cuyo objetivo es divertir al público mediante bromas, piruetas y trucos cómicos. Sin embargo, también puede asumir un papel satírico, convirtiendo su discurso en una crítica a la cotidianidad.

¿Qué relación hay entre los payasos y los malos espíritus?

En el antiguo Egipto, se veneraba a Bes, el dios bufón que se dedicaba a ahuyentar a los espíritus malignos, además de ser el dios de la fertilidad, la sexualidad, la guerra y el buen humor.

Este personaje también era protector de las picaduras de algunos insectos y se le podía encontrar en amuletos y en estatuas.

Pero los relatos señalan que la apariencia de Bes era intimidante, pues se le veía como un enano desnudo, barbado, con grandes orejas, patas arqueadas, genitales prominentes y pelo largo, y en ocasiones aparecía tocando el arpa o un tambor.

La fama de Bes no se limita Egipto, ya que él es considerado un precursor de los bufones de la baja Edad Media y el Renacimiento. Estos personajes podían ser hombres, mujeres y niños, pero si tenían un aspecto deforme, era una cualidad favorable porque podían ser o parecer tontos o locos y generaban más burlas.

Su vestimenta era verde, símbolo de los prisioneros, o de amarillo, color asociado a la mezquindad y al desprecio; era también el color de los sirvientes. En los funerales, se colocaban detrás de las plañideras (mujeres a las que se les pagaba para llorar en los entierros).

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