“La compasión es la fuerza transformadora más poderosa”: Kailash Satyarthi, ganador del Nobel de la Paz, en el Hay Festival Querétaro 2024
En su presentación en el Hay Festival Querétaro 2024, el activista indio y Premio Nobel de la Paz 2014, Kailash Satyarthi, destacó la urgencia de un cambio global basado en la compasión, llamando a superar las divisiones que hoy fragmentan a la humanidad.
Satyarthi, reconocido por su lucha contra el trabajo infantil y la esclavitud, instó a una profunda reflexión sobre la paz y la justicia, insistiendo en que, aunque el mundo nunca ha sido tan avanzado y conectado, tampoco ha estado tan dividido.
Durante su charla, Kailash Satyarthi subrayó que la compasión no es una emoción débil, sino “la fuerza más poderosa de transformación”.
Explicó que en la actualidad, a pesar del progreso en tecnología, conocimiento y leyes internacionales, la humanidad sigue enfrentando barreras que han sido construidas a lo largo de los siglos.
“Este es el momento de derribar los muros que nos separan”, afirmó. Según él, las divisiones por religión, idioma y fronteras nacionales son los mayores obstáculos para alcanzar una paz verdadera.
El papel de la compasión, según Kailash Satyarthi
Satyarthi destacó la importancia de globalizar la compasión, afirmando que esta no solo une a las personas, sino que también impulsa la acción urgente y necesaria para resolver problemas colectivos.
“Compasión significa la conexión más profunda, sentir los problemas de otros como propios y tomar acción para resolverlos”, dijo.
Esta conexión emocional, según el activista, es la clave para superar los conflictos y construir un mundo más justo.
Para él, la paz no es simplemente la ausencia de guerras, sino que también implica justicia, equidad y la capacidad de caminar juntos. “Este es el momento de crear una cultura de resolución de problemas, no de sufrimiento”, expresó.
Los niños como víctimas del conflicto
Durante su intervención, Satyarthi también se refirió a la situación actual de los niños en los conflictos, específicamente en Gaza y Ucrania.
Expresó su indignación ante la pérdida de vidas inocentes y subrayó que los niños nunca han creado guerras ni son responsables de los problemas que enfrentan. “Si un solo niño muere en la guerra, la humanidad ha fracasado“, sentenció.
En un esfuerzo por unir a las personas en torno a la compasión, Satyarthi recordó su propia iniciativa de escribir una carta a otros Premios Nobel, en la que hizo un llamado a proteger a todos los niños, independientemente de su origen.
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“Todos los niños de Israel son nuestros niños, y todos los niños de Palestina son nuestros niños”, afirmó, enfatizando que es esencial iluminar el camino para todos ellos, sin importar las diferencias políticas.
El activista concluyó su discurso reiterando la importancia de no solo abogar por los derechos de los niños, sino también de trabajar activamente para garantizar su protección y educación.
Recordó cómo, tras recibir el Premio Nobel de la Paz en 2014, se intensificó su lucha por incluir los derechos de los niños en la agenda global, logrando grandes avances en la reducción del trabajo infantil.
“Este es un momento crucial para la humanidad”, dijo Satyarthi. “Si no logramos garantizar la libertad, justicia, salud, protección y educación para cada niño, estamos fallando como civilización”.
El llamado de Satyarthi es claro: la compasión debe ser globalizada y debe ser la base sobre la cual construimos un futuro mejor para las generaciones venideras.