Los “sonideros” y la “cultura sonidera” fueron declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Ciudad de México, según se dio a conocer en el decreto publicado en la Gaceta Oficial del pasado 6 de octubre.
La declaración de la “cultura sonidera” como Patrimonio Cultural Inmaterial tiene como finalidad establecer la responsabilidad de preservar dicha expresión, a través del Plan de Salvaguardia. Ya que, tal como lo expresa el documento, “la ‘cultura sonidera’ es un fenómeno cultural y social“.
La declaratoria consideró que “por más de 60 años [“los sonideros”] han sido uno de los fenómenos socioculturales, musicales y performáticos más importantes de la zona metropolitana del Valle de México”.
Además de que, la intervención de sus canciones deviene del intercambio cultural, la selección de amplias colecciones discográficas, el estilo de locución y animación y la introducción de saludos. Dichos elementos convergen para producir un fenómeno cultural único que desde hace más de medio siglo forma parte de la identidad de distintos barrios de la Ciudad de México.
Sobre el decreto, el jefe de gobierno, Martí Batres Guadarrama dijo en su cuenta de X, antes Twitter, que los “sonideros son un fenómeno único, auténticamente popular que ha inundado las calles de barrios y colonias de la Ciudad don baile y felicidad”.
¿Qué es la “cultura sonidera”?
La “cultura sonidera” es una expresión de carácter festivo compuesta por distintos elementos donde confluyen la fusión de estilos musicales, la actuación de clubes de baile, el despliegue de iluminación y sonido, el ambiente, los promotores y las organizaciones, los comerciantes, el diseño y la gráfica popular, los conocimientos e innovaciones en tecnología y la difusión por medio de redes sociales, indica el decreto.
Una de las principales formas de expresión de la “cultura sonidera” son los bailes multitudinarios en el espacio público. Esto ha permitido una amplia difusión de diversos géneros musicales latinoamericanos, sus variantes y fusiones, como son: la cumbia, la salsa, la guaracha, el vallenato, la chicha y el son montuno, entre otros.
Dicha dinámica, según menciona la Gaceta Oficial capitalina, “ha promovido la introducción, promoción y apropiación popular de distintos ritmos además de formas de bailar y de vestir en la Ciudad de México”.
¿Cuándo y dónde surgieron los “sonideros”?
Los “sonideros” y la “cultura sonidera” surgieron a finales de la década de 1950 en los barrios populares de la Ciudad de México, como Tepito, El Peñón de los Baños, San Juan de Aragón, Tacubaya, entre otros.
Desde entonces, han adquirido un lenguaje propio con sentido de comunidad, pertenencia e identidad alrededor de la música y el baile, lo que en la actualidad constituye un estilo de vida que ha trascendido generaciones y fronteras y se encuentra presente no sólo en el territorio nacional, sino también en amplias regiones de los Estados Unidos, el Caribe, Centro y Sudamérica.
Además, esta expresión social y cultural se ha convertido, según las autoridades, en una forma de vida para miles de familias en la Ciudad de México y la zona conurbada. Además de que ha generado circuitos de producción económica y cultural, por lo que es una actividad representativa de la diversidad, riqueza y dinamismo de la vida cultural y urbana de la CDMX.
¿Qué es el Patrimonio Cultural Inmaterial?
El Patrimonio Cultural se compone de expresiones materiales, bienes muebles e inmuebles y expresiones inmateriales que tienen un significado y un valor especial o excepcional, artístico, histórico o estético para un grupo social, comunidad o para la sociedad en su conjunto y, por lo tanto, forman parte fundamental de su identidad cultural.
En cuanto al Patrimonio Cultural Inmaterial, la Ley de Patrimonio Cultural, Natural y Biocultural de la Ciudad de México lo define como “todo producto cultural, tanto individual como colectivo, que tiene un significado y valor especial para un grupo social determinado o para la sociedad en general”.
Este tipo de Patrimonio Cultural que “puede poseer una dimensión expresamente física, se caracteriza por ser depositario de conocimientos, representaciones, visiones culturales, concepciones del mundo, formas de vida y su expresión simbólica”.
En esta clasificación también se incluyen los actos festivos, lenguas, rituales, técnicas artesanales tradicionales, tradiciones y expresiones orales, así como usos sociales.