Guinea Ecuatorial registró dos nuevos decesos vinculados a la enfermedad causada por el virus Marburgo, lo que eleva a 11 el número de muertos por esta fiebre hemorrágica casi tan mortífera como el ébola, según un comunicado del gobierno.
Se trata, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la “primera epidemia de la enfermedad por el virus de Marburgo” en este pequeño país de África, situado en el centro-oeste del continente.
No existen vacunas ni tratamientos antivirales aprobados para tratar el virus. Sin embargo, la atención de apoyo -rehidratación oral o intravenosa- y el tratamiento de los síntomas específicos aumentan las posibilidades de supervivencia.
¿Qué es el virus Marburgo?
El virus de Marburgo es el agente causal de la enfermedad por virus de Marburgo (EVM), cuya tasa de letalidad puede llegar al 88%, según datos de la OMS.
Fue identificado por primera vez en 1967 tras brotes simultáneos en Marburgo y Frankfurt en Alemania y en Belgrado, Serbia, los cuales se asociaron a trabajos de laboratorio con monos verdes africanos (Cercopithecus aethiops) importados de Uganda.
Sin embargo, se han notificado brotes y casos esporádicos en Angola, Kenya, la República Democrática del Congo, Uganda y Sudáfrica, en una persona que había viajado recientemente a Zimbabwe.
Y en 2008 se notificaron dos casos independientes en viajeros que habían visitado en Uganda una cueva habitada por colonias de murciélagos Rousettus.
Se sabe que el virus de Marburgo persiste en órganos inmunoprivilegiados, como los testículos o el ojo, en algunos casos convalecientes.
En el caso de las mujeres infectadas durante el embarazo, el virus persiste en la placenta, el líquido amniótico y el feto, y durante la lactancia puede persistir en la leche materna.
Todavía no hay tratamientos ni vacunas específicas para la enfermedad provocada por el virus de Malburgo. Sin embargo, se están evaluando diversas formas de hemoterapia, inmunoterapia y farmacoterapia.
¿Cómo se transmite?
Inicialmente, la infección humana por EVM se debe a la exposición prolongada a minas o cuevas habitadas por colonias de murciélagos Rousettus.
Y la transmisión se hace sobre todo de persona a persona por contacto directo con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas, a través de piel lesionada o de las membranas.
Así como por superficies y materiales, tales como ropa personal y de cama contaminados con dichos fluidos.
No obstante, se han descrito casos de transmisión al personal sanitario que atiende a los pacientes con virus de Marburgo, presunta o confirmada, a través del contacto estrecho sin precauciones adecuadas de control de la infección.
De hecho, la OMS señala que la transmisión por equipo de inyección contaminado o por pinchazos con agujas está asociada a una mayor gravedad de la enfermedad, deterioro rápido y, posiblemente, mayor tasa de letalidad.
Pero eso no es todo, ya que las ceremonias funerarias en que los dolientes tienen contacto directo con el cuerpo del difunto pueden desempeñar un papel importante en la transmisión del virus de Marburgo, puesto que la infectividad persiste mientras haya virus en la sangre.
Otra forma de transmisión es la vía sexual, a través del semen infectado, el cual puede permanecer virulento hasta siete semanas después de la recuperación clínica.
Síntomas del virus de Marburgo
De acuerdo con la Organización, el periodo de incubación, es decir el intervalo entre la infección y la aparición de los síntomas, oscila entre 2 y 21 días.
La enfermedad causada por el virus de Marburgo empieza bruscamente, con:
- Fiebre elevada
- Cefalea intensa
- Malestar
- Dolores musculares
Al tercer día puede aparecer:
- Diarrea acuosa intensa con duración de hasta una semana
- Dolor y cólicos abdominales
- Náuseas y vómitos
“En esta fase los pacientes tienen un aspecto que se ha descrito como ‘de fantasmas’, con hundimiento de los ojos, rostro inexpresivo y aletargamiento extremo”, sostiene la OMS.
Muchos pacientes tienen manifestaciones hemorrágicas graves a los 5 a 7 días, y los casos mortales suelen presentar alguna forma de hemorragia, a menudo en múltiples órganos.
La presencia de sangre fresca en los vómitos y las heces suele acompañarse de sangrado por la nariz, encías y vagina.
Durante la fase grave de la enfermedad los pacientes tienen fiebre elevada persistente. La afectación del sistema nervioso central puede producir confusión, irritabilidad y agresividad.
Y ocasionalmente se han descrito casos de orquitis, inflamación de uno o ambos testículos en la fase tardía de la enfermedad, 15 días.
En los casos mortales, la muerte de la persona suele producirse a los 8 a 9 días del inicio de los síntomas, generalmente precedido de grandes pérdidas de sangre y choque.
Según los registros históricos de la enfermedad, durante el brote europeo de 1967 la mayoría de los pacientes presentaron una erupción cutánea no pruriginosa de dos a siete días después del inicio de los síntomas.
¿Qué tiene que ver el virus de Marburgo con el ébola?
Tanto el virus de Marburgo y el del Ébola pertenecen a la familia Filoviridae (filovirus), y aunque son enfermedades diferentes, causadas por virus diferentes, las dos enfermedades son similares desde el punto de vista clínico.
Ambas afecciones son raras, pero pueden ocasionar brotes dramáticos con elevadas tasas de letalidad.
La Clínica Mayo en los Estados Unidos señala que los dos virus son originarios de África, donde se han presentado brotes esporádicos durante décadas.
El virus del Ébola y el de Marburgo viven en huéspedes animales. Los seres humanos pueden contraer los virus de animales infectados.
Debido a que no se ha aprobado ningún medicamento para tratar los virus del Ébola o de Marburgo, las personas a las que se les diagnostica cualquiera de los dos virus reciben atención médica complementaria y tratamiento para las complicaciones.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad se detectó por primera vez en 1967 tras la aparición de brotes simultáneos en Marburgo y Frankfurt (Alemania) y en Belgrado (Serbia).