La vacuna de AstraZeneca y Oxford contra el COVID-19 fue sometida a pruebas rigurosas de calidad, seguridad y cumple con la respuesta inmune esperada, de acuerdo con un estudio de investigadores independientes.
David Matthews, experto en virología de la Universidad de Bristol, quien encabezó la investigación, informó:
“La vacuna está haciendo todo lo que se espera y esa es la única buena noticia en nuestra lucha contra la enfermedad”
Los resultados del estudio fueron publicados en la revista especializada Research Square, donde se muestra un profundo análisis que se realizó a la vacuna.
Por su parte, la profesora de vacunación en la Universidad de Oxford, Sarah Gilbert, dijo que el éxito de la vacuna es:
“Un maravilloso ejemplo de colaboración interdisciplinario que utiliza nueva tecnología para examinar exactamente lo que hace la vacuna cuando entra en un célula humana”
El estudio fue financiado por el Consejo de Investigación de Biotecnología y Ciencias Biológicas (BBSRC), la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) y el Consejo de Investigación de Ingeniería y Ciencias Físicas (EPSRC).
¿Cómo funciona?
En el caso de la inyección de AstraZeneca, la vacuna parte de un virus de resfriado común en los chimpancés (adenovirus) del cual se borra el 20% de las instrucciones ya incluidas en ese patógeno.
Ese espacio es el que la farmacéutica utiliza para agregar una nueva serie de instrucciones, en este caso, para que la célula infectada produzca, en grandes cantidades, la proteína pico del virus SARS-CoV-2
¿Para qué servirá?
Esto funciona para “entrenar” al sistema inmunológico para que este reconozca y ataque de inmediato al virus SARS-CoV-2 cuando el cuerpo de la persona esté enfrentando una infección real.
Los investigadores de la Universidad de Bristol pudieron verificar miles y miles de instrucciones ‘fotocopiadas’ por la vacuna de Oxford dentro de una célula y pudieron validar que la inyección funciona exactamente como fue programada.
Reanudan ensayos clínicos
Los ensayos clínicos de la vacuna contra el COVID-19 que realizan AstraZeneca y Oxford se reanudaron este viernes en los Estados Unidos después de que el pasado 6 de septiembre se presentara un informe de una enfermedad neurológica grave de unos de los pacientes, lo que provocó que se suspendieran.
Por su parte, Johnson & Johnson también anunció que próximamente reiniciará sus estudios, esto tras haber recibido la autorización del comité independiente que evaluó el caso de un paciente que participaba en los experimentos y que contrajo una enfermedad inexplicable.
Esfuerzos para encontrar una cura
Al menos 10 vacunas, tanto europeas, estadounidenses, chinas y rusas están siendo probadas a gran escala a nivel internacional en decenas de personas para contener al COVID-19.