La llegada del COVID-19 al mundo en 2019 puso en alerta a la población, y con ello se empezaron a implementar nuevas medidas para evitar su propagación.
En el inicio de la pandemia surgieron algunas dudas sobre cómo protegerse contra el nuevo virus, desde sanitizar los zapatos en tapetes, limpiar las superficies y hasta tomar sustancias nocivas para la salud, todo para evitar un contagio.
Pero ¿qué tan eficientes son estos métodos para detener un posible contagio o propagación?
“Barreras” contra el COVID-19
Con el inicio de la pandemia y ante la nueva forma de llevar la vida cotidiana junto al COVID-19, se empezaron a implementar más medidas de limpieza para evitar un posible contagio en caso de haber tenido un contacto con una superficie o artículo que hubiera estado expuesto al virus, por lo que era común ver a personas con guantes de látex o algo similar para cuidar sus manos.
Mientras que en lugares cerrados y en el transporte público se empezó a implementar la limpieza de superficies rociando sanitizante.
Sin embargo, aunque es posible que el virus que causa el COVID-19 pueda quedarse en superficies, el riesgo de infección es bajo, de acuerdo con varias investigaciones y los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Tapetes
Como medida de precaución, especialmente en hogares donde haya bebés y niños pequeños que gateen o jueguen en el suelo, es considerable dejar los zapatos a la entrada de su casa o utilizar tapetes sanitizantes. Esto ayudará a prevenir el contacto con la suciedad o cualquier desecho que pueda ser transportado en las suelas de los zapatos.
Desinfección de superficies
Tampoco se recomienda combinar productos como cloro, vinagre, agua oxigenada y alcohol para desinfectar superficies, dice Carlos Antonio Rius Alonso, académico de la UNAM.
“Lo que sí se puede hacer es limpiar con cloro, dejar que se evapore el agua y posteriormente trapear con un limpiador multiusos”.
Carlos Antonio Rius Alonso, académico de la UNAM
Otros mitos sobre ciertas sustancias
Otros de los mitos que surgió al inicio de la pandemia decía que al ingerir dióxido de cloro se trataba o curaba el virus; esto es totalmente falso. Tal como lo señalaron la Copefris y la UNAM, representa un riesgo para la salud.
Carlos Antonio Rius Alonso, académico de la UNAM, explicó que desde su descubrimiento en 1811, el dióxido de cloro ha sido estudiado por la ciencia, y en diversas ocasiones se ha comprobado que es un compuesto químico muy tóxico para los organismos vivos.
¿Reutilizar cubrebocas?
De acuerdo con el Gobierno de México, los cubrebocas, incluidos los N95, no deben reutilizarse, ya que se contaminan al ser utilizados por alguien con síntomas de infección respiratoria o en contacto con personas infectadas.
Lo que sí funciona contra el COVID-19
Las autoridades continúan con el llamado para utilizar el cubrebocas y mantener la sana distancia y así prevenir la propagación y cuidarse de contagiarse.
Y no olvidar el lavado de manos y el uso de gel antibacterial para evitar cualquier tipo de transmisión por virus o bacterias.
La llegada de las vacunas representan un aliciente para que las personas se sientan más seguras con la vida cotidiana que llevan cada día.