A más de un siglo de que se hundió, fueron encontrados los restos del buque de vapor mercante SS Mesaba que alertó en 1912 al Titanic sobre la presencia de icebergs que estaban a la deriva alrededor de la costa de Terranova. El mensaje fue recibido por el capital del barco “insumergible” Edward Smith y el resto es historia.
El buque de vapor mercante SS Mesaba también cruzaba el Océano Atlántico en abril de 1912 cuando el Titanic se embarcó en su viaje inaugural y sus restos fueron encontrados gracias a una investigación realizada por la Universidad de Bangor en Gales quienes dieron con el lugar de su descanso final con la ayuda del buque de investigación Prince Madog, armado con un sonar multihaz de última generación.
“Antes, podíamos bucear en algunos sitios al año para identificar visualmente los restos de naufragios. Las capacidades de sonda únicas del Prince Madog nos han permitido desarrollar un medio relativamente económico para examinar los restos del naufragio. Podemos conectar esto con la información histórica sin una interacción física costosa con cada sitio”, dijo en un comunicado Innes McCartney, arqueóloga e historiadora náutica de la Universidad de Bangor.
Después de que el Titanic se hundiera el 14 de abril de 1912 en el Océano Atlántico, el Mesaba continúo con su vida en los mares hasta que fue alcanzado por un submarino alemán en 1918, el último año de la Primera Guerra Mundial. Allí permaneció en el fondo del mar sin ser detectado durante más de un siglo.
Una tarea titánica para encontrar los restos del barco
Identificar los restos del naufragio no fue poca cosa, debido a que el mar de Irlanda está lleno de restos de 273 barcos en solo 19 mil kilómetros cuadrados de lecho marino. Entre los señalados por las últimas investigaciones, es probable que más de 100 no hayan sido identificados previamente o hayan sido identificados erróneamente.
Revelan imágenes con mejor calidad del Titanic
Hace algunas semanas fueron publicadas imágenes y videos con mejor calidad de los restos del Titanic que se encuentran en el fondo del Océano Atlántico tras hundirse el 14 de abril de 1914, donde destacan el ancla de babor, el casco número uno, una cadena de ancla y la bodega de carga.