El tecolote llanero es una extraordinaria ave capaz de emitir hasta 17 sonidos diferentes para comunicarse entre sí, ya sea que habite en la naturaleza o en las grandes ciudades.
Conoce más de esta sorprendente especie que forma parte de la campaña “Somos guardianes” de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), cuyo objetivo es promover la participación ciudadana en el conocimiento, valoración y respeto de la naturaleza mexicana.
- Te puede interesar: Tecolotito barbudo, una pequeña ave con “super sentidos”
Tecolote llanero emite 17 sonidos diferentes
El tecolote llanero es un ave capaz de comunicarse mediante los más de 17 diferentes tipos de sonidos que emite. De estos 17 sonidos, los adultos producen 13, los juveniles tres y ambos comparten uno.
Según la Conabio, entre los sonidos más comunes que emiten los tecolotes llaneros, están:
- “Chuck”: se trata de una nota simultánea de excitación o aviso. Por lo general lo emite cuando el ave ha dejado su refugio y se posa a cierta distancia de éste, presumiblemente tratando de llamar la atención del intruso fuera de la madriguera.
- “Charloteo”: este llamado también consta de repeticiones, es emitido por los adultos en situaciones de alta agitación, frecuentemente ocurre durante el día o el crepúsculo. Este sonido se relaciona para advertir algún peligro cuando las crías se encuentran fuera de la madriguera.
- Chillido “Scriich”: puede escucharse en situaciones de crisis, es emitido de forma continua bajo circunstancias especiales.
- Como “víbora de cascabel”: es un sonido muy similar al producido por el cascabel de este reptil, y es producido exclusivamente por polluelos en situaciones de peligro.
- “Cuu cuuuu”: a manera de paloma, es su canto primario el cual emiten únicamente los machos; este consta de dos sílabas, la segunda más larga que la primera. Su canto puede escucharse en cualquier época del año desde o cerca de la madriguera, marcando un territorio ocupado o simplemente durante el cortejo
¿Cómo es el tecolote llanero?
Su cabeza es redonda, sin plumas auriculares a manera de orejas y su disco facial es de color café pálido, cejas blancas y un collar blanquecino. Sus ojos son amarillo-limón y el pico es de coloración crema, mientras que la corona, nuca y partes bajas son de color café y presenta motas o manchas blancas en todo el cuerpo, indica la Comisión.
Aunque la mayoría de las especies de búhos presentan dimorfismo sexual inverso, es decir, las hembras son de mayor tamaño que los machos. En el caso del tecolote llanero ésta no es una de sus características. Sin embargo, la hembra es más pesada y está más barrada en las partes inferiores, a diferencia del macho que suele ser un poco más grande de talla, pero relativamente más ligero en cuanto a su peso corporal.
Comportamiento
El tecolote llanero puede presentar actividad diurna y nocturna. No obstante, la Conabio indica que durante el día permanece cerca de su madriguera, la cual es reutilizada, ya que ocupa madrigueras de diferentes especies, desde mamíferos como roedores o cánidos, hasta reptiles incluyendo tortugas.
Su periodo de reproducción va de marzo a agosto en Norteamérica, y generalmente es monógamo, aunque puede ser polígamo. El tamaño de nidada es entre seis y 11 huevos y el período de incubación es de 27 a 30 días.
Su alimentación es variada, ya que consume artrópodos, pequeños mamíferos, anfibios y reptiles, e incluso algunas aves más pequeñas que él.
¿Dónde habita?
Habita en una gran variedad de hábitats abiertos o semiabiertos como pastizales, praderas, y llanos. Sin embargo, también puede habitar en zonas modificadas por el hombre, en áreas rurales y urbanas, como son cultivos, aeropuertos, campos de golf, cementerios, y áreas residenciales.
De acuerdo con los expertos, el tecolote llanero presenta una amplia distribución, desde el oeste de Canadá hasta Centro América, y Sudamérica. Además, se encuentra muy local en el oeste de Cuba y en otras islas del Caribe. En el caso de México la información es escasa.
Factores de riesgo y conservación del tecolotito llanero
Los factores de riesgo que se han identificado para esta especie son diversos, uno de los más importantes es la destrucción del pastizal natural. Esta pérdida del hábitat ha sido en muchas ocasiones por la agricultura intensiva o ganadería que elimina madrigueras y áreas importantes de alimentación, incrementa el acceso a depredadores.
Así como el uso de plaguicidas, enfermedades, colisiones con vehículos, o por interferencia humana como la cacería.
En cuanto a la conservación, la Conabio asegura que se han realizado algunas labores educativas por parte del Servicio Canadiense de Vida Silvestre en la comunidad de Valencianita municipio de Irapuato, Guanajuato, a fin de destacar la importancia que reviste el conservar especies como el tecolote llanero.
