El significado de los sueños proviene de la experiencia de los últimos tres días, particularmente del día anterior, informó Adrián Medina Liberty, profesor de la Facultad de Psicología de la UNAM. Sin embargo, existen creencias populares acerca de qué significa soñar con alacranes.
¿Qué significa soñar con alacranes en la cultura popular?
“Soñar con alacranes significa que debemos encender las alarmas y estar alertas a posibles ataques en contra nuestra”, explicó Sueños 24, página dedicada a interpretar el significado de los sueños
“Porque del entorno cercano pudieran venir traiciones, críticas, calumnias, mentiras y malos deseos”.
Sueños 24
De acuerdo a la cultura popular, soñar con alacranes es una llamada de atención y de cuidado, pues el alacrán posee una cola para defenderse.
Además, esta misma página destaca que existen diferencias en los significados si el alacrán es negro o aparece muerto.
- Soñar con alacranes negros. La cultura popular asegura que es de mal augurio este tipo de sueños y advierten que existe un peligro inminente acechando, por ello se deben tomar decisiones con la mente despejada y en calma, así como ser observador.
- Alacranes muertos. Significa que la persona debe aprender a curar las heridas del pasado; tratar de seguir adelante y superar las caídas.
- Alacranes en la cama. Este tipo de sueños hace referencia a un mal de amores o una posible infidelidad.
- Alacranes amarillos. Ahora, si este animal tiene un color amarillo se puede asociar a la blasfemia, es decir, que la persona puede ser víctima de calumnias.
- Alacranes rojos y blanco. “Soñar con alacranes rojos señala la intensidad con que perseguimos nuestras metas”, dice el portal especializado en sueños. Y agrega que, si son blancos, se trata de algo “bueno” y refleja fidelidad, amistad y relaciones a largo plazo.
- Soñar que te pica un alacrán. En el terreno amoroso puede significar que existe cierta inseguridad o temor a salir lastimado de forma sentimental.
Mitologías relacionadas con el alacrán
Las palabras nahuas y mayas para referirse al alacrán se asociaban con el castigo, según la revista Arqueología Mexicana.
“Se le asociaba con el dios del fuego, el autosacrificio y con la constelación de Escorpión”, dice el artículo de la revista.
Para los mexicas este animal estaba relacionado con Tlaltecuhtli, la diosa de la tierra, y con los dioses de la muerte. Y añade que en la época prehispánica la presencia del alacrán, como mensajero del dios de la muerte, era considerada un augurio funesto.
Por su parte, en la mitología griega En la mitología griega el alacrán está representado por la diosa Artemis, que mata de una picadura al cazador Orión.
Los significados de los sueños, según experto de la UNAM
Medina Liberty explicó que, con frecuencia, cuando una persona despierta se pregunta ¿qué significan las imágenes que vio mientras dormía? Sin embargo, el significado de los sueños proviene de la experiencia de los últimos tres días, particularmente del día anterior, destacó.
Para interpretar las ensoñaciones, particularmente de niños, el académico utilizó el modelo de análisis literario de Burke, que consiste en identificar personajes, escenarios, acciones desarrolladas y objetos presentes.
En varias ocasiones, explicó, “no pudimos descifrar las historias porque no logramos vincular la experiencia previa con lo descrito, pero en otras se identificaron metáforas que en principio no eran obvias.
La interpretación es un desafío, añadió el científico. Regularmente, se tienen aproximadamente siete sueños durante una noche y pocas veces se recuerdan todos, con suerte sólo el último mantiene cierta vigencia previo al despertar.
Al indagar más sobre este fenómeno, el académico descubrió que los niños más pequeños no distinguen la realidad de las imágenes creadas durante el sueño, y a partir de los cuatro o cinco años logran diferenciarlas perfectamente.
Entre los tres y cuatro años generan narraciones oníricas sencillas que suelen describirse con frases cortas acompañadas de un verbo (estaba brincando o corriendo, por ejemplo); a medida que crecen esto cambia significativamente.
En este contexto, especialistas coinciden que en la edad preescolar (de seis a siete años) se construye la capacidad simbólica y el infante representa una cosa por otra (por ejemplo, una escoba por un caballo).
En tanto, los adultos pueden crear historias complejas y bizarras. Suelen tener cambios drásticos de escenarios y la secuencia de ciertas acciones conlleva a situaciones ilógicas, inverosímiles y ridículas. Al despertar se percatan de que es algo irreal, pero mientras se está en la ilusión todo se vive, lo ven como algo verdadero.