Científicos de las Universidades de Bristol y Swansea revelarón el verdadero tamaño que pudo haber tenido el intimidante megalodón, el tiburón prehistórico más grande que ha existido.
El extinto tiburón gigante Otodus megalodon, comúnmente conocido como megalódón era conocido casi exclusivamente por los dientes fosilizados encontrados, a partir de los cuales se han hecho estimaciones de su tamaño corporal, utilizando además, al gran tiburón blanco como único análogo moderno.
Sin embargo, investigadores ingleses lograron determinar sus medidas reales, gracias a estimaciones basadas en las medidas anatómicas de cinco lamniformes existentes ecológica y fisiológicamente similares: Carcharodon carcharias , Isurus oxyrinchus , Isurus paucus , Lamna ditropis y Lamna nasus .
Los resultados publicados en la revista Nature, arrojaron que el megalodón pudo haber medido 16 metros de largo, una cabeza de 4.65 metros, una aleta dorsal de 3.85 metros de alto y una cola de 3.85 metros de alto.
- Un humano adulto parado en la espalda del megalodón medía lo mismo que su aleta dorsal.
Basándose en sus dientes fósiles y utilizando el gran tiburón blanco moderno como análogo, los expertos calcularon que el megalodón alcanzó una longitud total de 15 a 18 metros.
Tan sólo un megalodón pudo haber llegado a medir hasta 3 metros y 8 metros en su juventud.
Los análisis morfométricos sugieren además que sus aletas dorsal y caudal se adaptaron para una rápida locomoción depredadora y largos períodos de natación.
Se cree que la fuerza de mordedura del megalodón era mucho mayor que la del tiburón blanco, y quizás la mayor fuerza de mordedura de cualquier depredador marino conocido a lo largo del tiempo geológico.
De acuerdo con los investigadores, estimar el tamaño corporal de una especie extinta excepcionalmente grande es una tarea difícil porque el registro fósil es intrínsecamente incompleto y porque los cambios de dimensión relativa de las partes corporales correlacionados con los cambios en el tamaño total, pueden hacer que las extrapolaciones sean difíciles de modelar.
Por ello, los paleontólogos deben confiar en las relaciones entre los restos fósiles de partes corporales a menudo aislados y fragmentados y la longitud de los parientes existentes actuales para estimar el tamaño corporal de los gigantes extintos.
El estudio también reveló que aunque el megalodón se clasificó originalmente en la familia de los carcharias considerando al tiburón blanco como su pariente vivo más cercano, en realidad pertenece a la familia de Otodontidae.